¿Cambia nuestra percepción de los colores según nuestros estados de ánimo?

En la entrevista a un sinestésico que publiqué recientemente, el chico entrevistado nos contaba al final como curiosidad que su percepción de los colores cambia según cuál sea su estado de ánimo. Al ser un dato curioso me he informado más y resulta que no sólo le ocurre a los sinestésicos, sino a todo el mundo.

Para comprobar el efecto del estado de ánimo sobre la percepción de diferentes colores, Christopher Thorstenson, científico de la Universidad de Rochester, realizó un estudio en el que se pidió a 127 sujetos que observaran una pequeña película y que después identificaran el color de una serie de zonas débilmente coloreados. Como resultado, no tuvieron problemas para discernir los colores de la gama del rojo y el verde, fuese cual fuese la emoción transmitida por la película que habían visto. Sin embargo, si el color estaba en la gama del amarillo al azul sí que existieron diferencias, pues aquellos que habían visto una película divertida lo identificaban mejor que los que habían observado una triste. Estos resultados resultaron ser reproducibles, por lo que el siguiente paso era conocer su causa.

¿Cuál era la causa?

La responsable de este suceso es la dopamina, un neurotransmisor que se encuentra disminuido en personas con trastornos como la depresión, el déficit de atención y la hiperactividad y que, además de estar involucrado en los procesos de recompensa y de ser uno de los “neurotransmisores de la felicidad”, también interviene en procesos de señalización de la retina, siendo el neurotransmisor que se encuentra en mayor cantidad en la retina de los mamíferos. Se ha comprobado que un déficit de esta sustancia altera las rutas que involucran la visión en longitudes de onda cortas, responsables de la percepción de la gama de los amarillos a los azules, por lo que aquellas personas que padecen los trastornos anteriormente mencionados o, simplemente, una disminución puntual de la dopamina como la sufrida por aquellos que vieron la película triste, tendrían más problemas a la hora de discernir esa gama de colores.

Por lo tanto, nos deben quedar dos conclusiones claras después de analizar este estudio. La primera, que aquellos que relacionan los tonos azules con la tristeza están equivocados, pues una persona triste probablemente no podrá discernirlos con claridad. Y la segunda, que si queréis ver Avatar y disfrutarla a tope no lo hagáis después de suspender un examen o de que os deje vuestra pareja.

Fuente: Iflscience BioMed Central

Imágenes: Flickr Flickr

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