Da la sensación de que, pese a los inconvenientes que tienen drogas como el cannabis, cada vez las investigaciones dan más esperanza a su futuro uso como medicamentos, ya sea gracias a un buen cálculo de dosis (como sucede con muchos medicamentos actuales, que en el fondo funcionan como las drogas, pero se usan en cantidades adecuadas), o simplemente seleccionando dónde y cómo actuará la droga, evitando sus efectos adversos. Justamente este último caso es el que comentaremos hoy a raíz de una investigación procedente de la Universidad de Nottingham.
Según un estudio publicado en PloS ONE, se ha conseguido desarrollar un cannabis totalmente artificial que podría aliviar los síntomas dolorosos de la osteoartritis, gracias a la inhibición de la vía del dolor de la médula espinal, actuando de forma específica sobre el receptor de cannabinoides tipo 2 (CB2).
Anteriormente ya se sabía que el cannabis puede reducir la sensación de dolor, “engañando” al cerebro gracias al THC, el ingrediente psicoactivo del cannabis, pero que realmente no lo hace desaparecer. Esta vez lo que se ha conseguido es aliviar de forma eficaz el dolor gracias a un cannabis artificial llamado JWH133 y cuya función es actuar exclusivamente sobre el receptor CB2 de forma similar a la droga natural pero sin los efectos secundarios acompañantes de tipo psicológico.
Según comentan los autores de tal hallazgo, este compuesto podría reducir el dolor y la inflamación articular.
Así lo comenta la profesora Victoria Chapman, directora del estudio:
“Este hallazgo es significativo, ya que se conocen las vías espinales y cerebrales del dolor y cómo contribuyen al dolor asociado con la osteoartritis”
“Los nuevos datos apoyan la evaluación adicional de las intervenciones selectivas a base de cannabinoides para el tratamiento del dolor de la osteoartritis”
Eso si, por su parte, los investigadores quieren dejar claro que en ningún caso apoyan el uso recreativo del cannabis, sino que existe la posibilidad de desarrollar un fármaco sintético que imita el comportamiento de esta sustancia pero de forma selectiva, afectando a los receptores apropiados y sin asociar los efectos secundarios de la droga.
Esperemos que esto sea un paso más en la búsqueda de un tratamiento adecuado para la osteoartritis, una enfermedad que aún hoy en día no se puede evitar ni parar su progresión, y carece de tratamiento específico.
Vía | PloS ONE.