Antiguamente las grandes pandemias de la humanidad se debían a infecciones y contagios de una persona a otra, y más aún cuando se modernizaron las formas de viajar y la rapidez de estos viajes (meted una enfermedad contagiosa en un simple avión y ya se os escapa de las manos el alcance viral que puede llegar a tener). Pero hoy en día la enfermedad más extendida no se contagia. Hoy en día, la pandemia de nuestros tiempos es la obesidad.
Métodos de tratamiento contra la obesidad
Existen muchos y diversos métodos de combatir la obesidad, empezando por no llevar a sufrirla gracias a una vida sana donde se incluyen tanto el ejercicio físico como una buena dieta (evitando las dietas milagro por supuesto). Pero aquí también existe cierto componente genético, aunque es modificable gracias al ambiente. Es decir, podemos estar predispuestos a padecer obesidad, pero si lo compensamos con una vida sana podemos evitarla.
Aunque existen diversos medicamentos para tratar la obesidad, como las estatinas (fármacos contra el exceso de ácidos grasos) entre otros, hay ocasiones donde la dieta y la medicación no es suficiente para acabar con una obesidad mórbida (aquella con un índice de masa corporal superior a 35), y ahí entra nuestro tema de hoy: la cirugía bariátrica.
Este tipo de cirugía solo se usa en casos extremos, y no tiene nada que ver con la estética, sino que su finalidad es evitar la mortalidad asociada a la obesidad, y la morbilidad (enfermedades asociadas, como hipertensión o diabetes) que también van asociadas a esta lacra de nuestros tiempos.
En ocasiones esta cirugía se puede aplicar en personas que no sufran obesidad mórbida (caso extremo), sino obesidad con un IMC menor de 35 pero con una diabetes mellitus mal controlada que no responde a la insulina. Se ha demostrado que una de las técnicas que os describiré a continuación (la cirugía malabsortiva) no solo reduce el peso corporal, sino que en el 98,9% de las ocasiones cura totalmente la diabetes.
Algunas contraindicaciones de la cirugía
De todas formas, como en todo, existen ciertas contraindicaciones para este tipo de cirugía, como son los pacientes con hipotiroidismo, síndrome de Cushing, síndrome de Turner, síndrome de Down, síndrome de Prader Willie o pacientes que siguen algún tratamiento con esteroides, o sufren hipogonadismo.
Los pacientes pierden entre el 50 y el 80% de su peso durante siguientes 2 años después de la operación, y no lo recuperan con facilidad. Esta cirugía actúa directamente sobre el aparato digestivo mediante diversas técnicas:
- Intervención restrictiva: Se pone una banda o anilla alrededor de la zona superior del estómago, reduciendo así su capacidad de almacenaje y dando lugar a una sensación de saciedad más rápida (el paciente comerá menos).
- Intervención malabsortiva (ByPass gástrico): La parte alta del estomago se separa del reto mediante grapas o cortándolo quirúrgicamente y se junta a la zona más próxima del yeyuno (intestino delgado). De esta forma la comida no pasa por el duodeno, donde se absorben la mayoría de los nutrientes. Pero en esta cirugía si se mantiene el duodeno, para que libere sus jugos gástricos, junto a las sustancias de páncreas e hígado directamente al yeyuno.
- Intervención mixta: Como su nombre indica, es una mezcla de las dos anteriores, donde se usa la banda alrededor del estómago (sin cortarlo) y, a la vez, se junta la zona alta del estomago con el yeyuno. Así no se anula directamente la acción del duodeno, pero si se limitan sus funciones y se absorben menos nutrientes.
Como conclusión, cabe decir que la cirugía malabsortiva y la mixta dan muy buenos resultados actualmente.