El cáncer de mama es uno de los cánceres más frecuentes en el mundo. En las últimas décadas se ha avanzado de manera considerable en el tratamiento del cáncer de mama y cada vez son más los casos en los que se consigue curar. Un campo que presenta un gran interés para la comunidad científica es el estudio de la dieta con respecto a los diferentes tipos de cáncer. Entre los numerosos estudios, son muchos los que han tratado de buscar alguna relación entre el cáncer de mama y la dieta.
Antes de nada, me gustaría destacar que no debemos caer en la tentación de culpar a la dieta como causa del cáncer de mama; en absoluto, ya que intervienen muchos factores que tienen que darse conjuntamente para el desarrollo del cáncer. Aquí estamos hablando de riesgo relativo, no de causalidad; es decir, en este caso se comprueba si una determinada conducta se asocia a una mayor probabilidad de padecer cáncer.
Dicho esto, ya podemos entrar en detalle: ¿se ha encontrado alguna relación entre la dieta y el cáncer de mama? Parece ser que sí, pero la evidencia científica no está tan clara y debemos coger esa respuesta con bastante cautela. Una dieta baja en grasas podría (!) disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama. En cuanto al resto de principios inmediatos, los resultados no son concluyentes.
Una sustancia presente en las verduras podría combatir el cáncer de mama
Ahora, un estudio publicado en la revista Springer Plus pone de manifiesto que una sustancia presente en verduras como el brócoli, la zanahoria o el aceite de oliva es capaz de combatir de cáncer de mama, al menos en ratones.
La sustancia de la que estamos hablando se denomina luteolina y primeramente fue probada in vitro demostrando que puede producir un efecto antitumoral: la luteolina redujo el número de vasos sanguíneos que alimentaban a las células tumorales del cáncer de mama. Posteriormente, la sustancia fue inyectada en ratones con cáncer de mama y hallaron el mismo efecto anteriormente descrito.
Conclusiones
Ante estos resultados, los investigadores esperan que la luteolina en un futuro pueda ser utilizada para desarrollar nuevos fármacos contra el cáncer de mama; asimismo, el equipo recomienda seguir una alimentación saludable haciendo especial hincapié en el consumo de verduras, que recordemos que son la principal fuente de la luteolina.
Sin embargo, no todo es color de rosa por dos simples razones que hay que tener en cuenta a la hora de sacar conclusiones de este estudio:
- En primer lugar, el estudio no se ha llevado a cabo en humanos, de ahí que estos resultados deban ser cogidos con cuidado.
- En segundo lugar, no es lo mismo que te administren directamente la luteonina que consumirla en las verduras. Dicho de otra manera, no sabemos si esa sustancia funciona de igual manera tras pasar los diversos procesos de digestión y absorción que ocurren en el aparato digestivo. De ser así, ya habríamos encontrado que el consumo de verduras es un factor protector del cáncer de mama, algo que todavía no ha sucedido.
Fuente: Springer Plus