El estrés tiene una curiosa forma de alterar nuestras decisiones o nuestra forma de pensar y actuar. De hecho, es paradójico ver como a ciertas personas el estrés les provoca un aumento de peso (por comer como forma de relajación), y a otros les provoca un adelgazamiento sin explicación aparente (normalmente en individuos con tendencia a la ansiedad). Además, en alguna ocasión hemos comentado que el estrés tendría beneficios para nuestro organismo, y que incluso podría alargar nuestra esperanza de vida (y si le juntamos tomar café, la inmortalidad está ahí al lado).
Ahora bien, ¿qué papel juega el estrés en la toma de decisiones? ¿tendemos a tomar buenas o malas decisiones? Lo más común es pensar que, bajo los efectos del estrés, tomaremos decisiones negativas en lugar de positivas… pero NO es así.
La curiosa forma que tiene el estrés de alterar tus decisiones
De hecho, según un reciente estudio publicado en el Journal of Current Directions in Psychological Science, el estrés tendría un efecto totalmente contrario al que la mayoría de nosotros pensábamos. Evidentemente el estrés cambia el balance que tenemos acerca de la recompensa., pero lo que hace no es que nos sintamos más negativos, sino positivos. En otras palabras, el estrés podría alterar nuestras decisiones, pero para bien.
Así lo comenta Mara Mather, co-autora del estudio:
“Esto no es lo que la gente pensaría en primera instancia, ya que el estrés se asocia normalmente a experiencias negativas, por lo que sería factible pensar que nos centraríamos en los resultados negativos. Sin embargo, el estrés parece ayudar a la gente a aprender mediante retroalimentación positiva, y perjudicando el aprendizaje mediante retroalimentación negativa”
Un buen ejemplo, según podemos leer en Spring, sería el de aquella persona que debe tomar decisiones, como elegir un nuevo trabajo. Bajo los efectos del estrés, dicha persona podría dar más importancia a un salario más alto, ignorando las consecuencias a largo plazo. Asimismo, sin estar bajo tensión, los aspectos negativos de la elección le importarían más.
Conocer esta forma de reaccionar y el camino a seguir si sufrimos estrés podría ser de gran ayuda en algunos tratamientos psicológicos y psiquiátricos, como las conductas adicctivas por ejemplo: Bajo el estrés valoramos más el efecto positivo (efectos del alcohol u otras drogas, por ejemplo), que lo que pueda suceder a largo plazo (resaca).
Finalmente, como curiosidad, resulta que los hombres y las mujeres reaccionamos de formas diferentes al estrés: Los hombres toman más riesgos durante el estrés, mientras que las mujeres tienden a tomar menos riesgos frente al estrés.
Vía | Spring.