Todos damos por hecho de la felicidad es buena, y que nuestro objetivo en la vida es, esencialmente, ser felices. Es evidente que si buscamos esto es porque nos hace sentir bien, inconscientemente buscamos el bienestar. Pero, ¿cómo afecta esta felicidad a nuestra salud?
La relación bienestar y buena salud con la felicidad se lleva investigando hace mucho tiempo, desde diferentes puntos de vista, pero para vislumbrar correctamente esta relación deberíamos hacernos algunas preguntas.
¿Cómo se mide la felicidad?
Supongo que aquí coincidiremos todos en el hecho de que las maneras de evaluar la felicidad son muy variadas, subjetivas y dinámicas. Normalmente los expertos tienen una serie de encuestas o escalas, similares a las que se usan para evaluar el dolor (otra sensación muy complicada de medir), como señala el Dr. Amit Sood, especialista en integración cuerpo-mente de la Clínica Mayo.
Por otro lado, Angela Haupt, editora de salud y bienestar de News and World Report de EE.UU. señala que serían necesarios indicadores de felicidad como la satisfacción con la vida, la salud, la comunidad y el compromiso cívico.
Por su parte, el Dr. Friedman, psiquíatra del New York Presbyterian-Weill Cornell Hospital, cree que la felicidad es “difícil de medir, pero fácil de reconocer”
Eso si, parece que los investigadores coinciden en algunos puntos, como que por ejemplo es necesario tener un trabajo creativo y últil como clave de la felicidad, pero que a la vez debe estar equilibrado con la vida personal. Ah, y también están de acuerdo en una cosa más: el dinero no da la felicidad, pues según las investigaciones una vez que las necesidades básicas de alimentación y vivienda están satisfechas, unos ingresos más elevados hacen poco por aumentar la felicidad.
¿Cómo afecta la felicidad a nuestra salud?
Una vez tengamos claro como “medir” la felicidad (más o menos), o al menos tener claros algunos indicadores de felicidad, toca relacionarla con la salud. De la misma forma que existen investigaciones sobre los efectos negativos del estrés o la ira sobre nuestra salud, también existen estudios para lo contrario: relacionar salud con bienestar y felicidad. Eso si, es necesario dejar claro que estos estudios establecen correlaciones, no una relación de causa-efecto.
Como cabría esperar, los resultados son contundentes: la felicidad se relaciona con una salud mejor, tanto a nivel individual y personal como a nivel colectivo.
Algunos estudios incluso han sugerido que los estados de felicidad pueden estar asociados con un menor nivel de estrés, pues las hormonas del estrés están bajas en sangre durante estos estados de felicidad, y además el sistema inmune trabaja y funciona mejor. Esto llevaría a pensar que las personas felices viven mejor y tienen unas vidas más prósperas y largas.
Vía | ABC News.