No os dejéis engañar por el título de esta publicación, no vamos a ponernos “Freudianos” e intentar convenceros de que os sentís atraídos sexualmente por vuestros progenitores Pero sí es cierto que la relación que mantenemos con nuestros padres puede influenciar nuestro futuro romántico, y de eso es de lo que vamos a hablar hoy.
La cuestión es que las cosas que quedan sin resolver con tus padres no desaparecen automáticamente y “a otra cosa mariposa”, sino que parece ser que sirven como una plantilla que condicionará tus relaciones de pareja posteriores.
Si sientes que no recibes suficiente de tu madre, quizá también sientas que no recibes bastante de tu compañero sentimental. Es una dura realidad, pero esto es así más veces de las que nos creemos. Lo mismo ocurre con el padre: una relación no resuelta con tu padre también aparecerá en tu vida amorosa.
Por ejemplo, una mujer, que rechaza a su padre, es probable que corra la misma suerte que su madre al atraer a una pareja que se comporta de manera similar al padre que ella rechaza. De esta manera, ella trae lo que no le gusta de su padre de vuelta a su vida. No sólo eso, sino que al revivir la experiencia de su madre, se une a su madre en su descontento.
Por otro lado, un hombre que rechaza a su padre es probable que no tenga los recursos para comprometerse con su pareja. Vamos a decir que era muy cercano a su madre y no tanto a su padre – una dinámica común para muchos hombres. Un hombre en esta situación, es probable que experimente una resistencia cuando se comprometa con su pareja. Él podría encontrarse a sí mismo apagándose emocional o físicamente, por temor a que su pareja, al igual que su madre, quiera o necesite demasiado de él. El remedio es un vínculo más estrecho con su padre.
Por el contrario, una mujer que es más cercana a su padre que a su madre es probable que no se sienta satisfecha con las parejas que selecciona. La raíz del problema no son ellos. Es la distancia que siente hacia su madre. La relación de una mujer con su madre puede ser un indicador de cuán satisfactoria será su relación con su pareja.
Rechazar a nuestros padres sólo nos trae sufrimiento. Las emociones, rasgos y comportamientos que rechazamos en nuestros padres habitualmente viven en nosotros. Es nuestra manera inconsciente de amarlos, una manera de traerles de vuelta a nuestras vidas. Incluso nuestros cuerpos sentirán cierto grado de malestar hasta que nuestros padres sean aceptados dentro de nosotros de una manera amorosa.
El único camino para resolver todo esto es hacer las paces con nuestros progenitores y aceptarles. Probablemente así nos aceptemos también a nosotros mismos.
Fuente: Psychology Today