Llegar a vivir 100 años, o conseguir el secreto de la eterna juventud, son objetivos que se han buscado durante siglos a lo largo de la historia. El primero de ellos, vivir 100 años, parece cada vez más fácil en lugares como Japón (¿será su dieta?). El segundo, la eterna juventud, se sigue buscando hoy en día con métodos como el uso de sangre joven, entre otros métodos.
Ahora bien, ¿por qué es tan difícil llegar a la cifra centenaria? La hipótesis actual habla sobre la división celular y el acortamiento de los telómeros. Pero, ¡ojo!, no está desencaminada ni mucho menos, pero hay algo que hay que tener más en cuenta si cabe que la longitud telomérica: La inflamación crónica.
Vivir 100 años: Inflamación crónica y longitud de telómeros
Al menos así se afirma en una investigación llevada a cabo por el Instituto del Envejecimiento de la Universidad de Newcastle y la Facultad de Medicina de la Universidad de Keio de Tokio, los cuales han llevado a cabo una exploración de los procesos biológicos y patológicos que pueden dar la clave para llegar a vivir 100 años (¡o más!).
Como comentábamos, los científicos identificaron que la clave era mantener los telómeros celulares largos, y la inflamación crónica a raya, la cual es responsable de enfermedades tan conocidas como la diabetes, la osteoporosis, la artritis o las enfermedades cardiovasculares.
El profesor Thomas von Zglinicki, del Instituto para el Envejecimiento de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) incluso ha llegado a afirmar:
“Los centenarios y supercentenarios son diferentes, en pocas palabras, envejecen más lentamente. Pueden protegerse de enfermedades durante mucho más tiempo que el individuo común”
Para realizar tal afirmación. el profesor y sus colegas estudiaron a grupos hasta 684 personas de 105 años o más (semi-supercentenarios) y de entre 100 y 104 años (centenarios), 536 personas de casi 100 años, y 167 parejas e hijos descendientes de centenarios. En todos los individuos se estudiaron indicadores de salud que podrían contribuir a un buen envejecimiento: Número de células sanguíneas, metabolismo, función hepática y renal, inflamación y longitud telomérica.
Lo que se suele esperar es que, a mayor edad, menor longitud de telómeros. Sin embargo eso no fue lo que encontraron: Los descendientes de centenarios (con altas probabilidades de llegar a vivir 100 años o más) mantenían sus telómeros en un estado “juvenil”, pues incluso con 80 años o más sus telómeros tenían una longitud similar a los 60 años. ¿Cómo es esto posible?
“Nuestros datos revelan que una vez eres muy viejo, la longitud de los telómeros NO predice el envejecimiento exitoso. Sin embargo, aquellos que tienen una buena oportunidad de vivir 100 años o más, mantienen sus telómeros en mejores condiciones que la población general, lo que sugiere que mantener los telómeros largos puede ser necesario o al menos útil para llegar a una vejez extrema”
Manteniendo la inflamación crónica a raya
Pero existe otro gran factor a tener en cuenta: La inflamación crónica. Resultaba que los descendientes de centenarios mantenían niveles más bajos de marcadores de inflamación crónica, los cuales van aumentando con la edad en todo el mundo (incluyendo a los centenerios y supercentenarios). Sin embargo, aquellos que mantenían estos marcadores a raya, tenían una mayor probabilidad de mantener una buena cognición, independencia y llegar a vivir 100 años o más.
“Desde hace tiempo sabemos que la inflamación crónica está asociada con el proceso de envejecimiento en las poblaciones más jóvenes, pero tan solo recientemente hemos podido comprobar que existe un mecanismo que relaciona la inflamación con un aceleramiento del envejecimiento. Este estudio muestra por primera vez que los niveles de inflamación predicen con éxito el envejecimiento, incluyendo las edades extremas, y nos confirma que la inflamación crónica es la verdadera responsable del envejecimiento humano”
En otras palabras, la longitud e los telómeros no es un objetivo para conseguir un buen envejecimiento, sino que tan solo se trataría de una especie de marcador de que el envejecimiento llegará más o menos lejos. La responsabilidad recae, en su origen, en la inflamación crónica.
Por su parte, y para finalizar, el Dr. Yasumichi Arai, autor principal del estudio, comenta:
“Nuestros resultados sugieren que la supresión de la inflamación crónica podría ayudar a la gente a envejecer más lentamente. Sin embargo, los antiinflamatorios actualmente disponibles y más potentes no son adecuados para un tratamiento a largo plazo de la inflamación crónica a causa de sus fuertes efectos secundarios. Otras alternativas más seguras podrían lograr una gran diferencia en la calidad de vida de las personas mayores”
Por el momento no se sabe cómo consiguen estos individuos mantener dicha inflamación a unos límites menores que la población general. Eso, como imaginaréis, será cosa de futuras investigaciones.
Vía | Neuroscience News.
Fuente | Ebiomedicine.