Actualmente estamos expuestos a alimentos poco recomendables en multitud de ocasiones. Y a medida que vayamos tachando días en el calendario y nos acerquemos a las fiestas de navidad, ésto se exacerbará todavía más. Estamos en las fechas que estamos, pero no nos engañemos, para recibir mil y un estímulos de alimentos poco saludables no hace falta que nos encontremos próximos a unas fiestas tan señaladas, porque la tentación siempre está ahí.
Y no sólo los adultos la recibimos, también los adolescentes y los más pequeños están expuestos a todo tipo de comida basura, patatas fritas, golosinas, refrescos azucarados…. Y es que, ahora que justo se ha publicado un estudio en el que se concluye que los niños obesos son más vulnerables a la publicidad de los alimentos, otros científicos están tratando de responder a la pregunta “¿Cómo resistirse a las tentaciones alimentarias?”, mediante un proyecto de investigación denominado TEMPEST en el que participan investigadores de 9 países europeos.
Este proyecto facilita estrategias para que los niños y adolescentes (aunque bien podrían servir también para personas adultas) las utilicen para controlar su deseo de tomar dulces y snacks. Y es que, uno de los objetivos principales del proyecto TEMPEST es contribuir a hacer frente a la creciente problema del sobrepeso y obesidad en los niños y adolescentes de toda Europa.
Liliya Nureeva de la Universidad de Aarhus y colaboradora del proyecto, opina que los niños deben aprender a alimentarse:
Los niños y adolescentes necesitan tener más conocimientos sobre la salud y las estrategias disponibles para que ellos mismos sean conscientes y participen activamente en su alimentación y en el establecimiento de sus hábitos alimentarios.
Herramientas para ayudar a resistir la tentación
Los investigadores han diseñado una serie de estrategias basadas en los datos recogidos de nueve países europeos. Y uno de los temas destacados en el proyecto es que los niños deben participar en la integración de las estrategias en su vida cotidiana y por lo tanto juegan un papel activo en su propia salud y estilo de vida.
“Algunos niños encuentran más fácil de controlar sus hábitos alimentarios simplemente evitando por completo los tentempiés poco saludables, mientras que otros prefieren utilizar distracciones para olvidar su deseo de dulces. Otros preparan sus propias reglas que les indican que tienen que comer algo de fruta fresca cada día” explica Liliya Nureeva.
Lo cierto es que la búsqueda de estrategias para ayudar a cambiar los hábitos y costumbres alimentarias es un problema bastante complejo. Por ejemplo, primero es necesarios encontrar qué es lo que la gente encuentra tentador (y cuándo), para luego identificar las maneras de evitar o resistir la tentación. El siguiente paso es hallar cómo establecer metas y reglas para ayudar a romper con el estilo de vida poco saludable.
Por todo ello, se prevé que el proyecto TEMPEST publique un manual antes de que acabe el año para ayudar a los padres y demás tutores a utilizar las estrategias activamente con los niños (o con ellos mismos).
Vía| Aarhus News
Imagen| Smoothfitness