Para muchos es una pregunta muy importante, ya que en algún momento de nuestra vida nos hemos preguntado si mantenemos una relación por alguna razón o por pura inercia. Aquí vienen algunas de las razones que nos ayudarán a comprender hasta que punto estamos colados por esa persona.
1. Sientes adicción por esa persona
Desde el primer momento comienzas a sentir una necesidad de ver a esa persona, su aparición te hace sentir eufórico, y ese sensación se debe al aumento de la actividad neuronal en las zonas ricas en dopamina del cerebro, zonas conocidas como áreas de recompensa.
Pero ojo, al mismo tiempo surge una actividad en la zona del cortex de la cíngula anterior, área del cerebro relacionada con el pensamiento obsesivo. Conforme avanza la relación, las zonas de recompensa siguen activándose, pero las asociadas al pensamiento obsesivo cada vez menos. El amor nos cambia, para bien o para mal.
2. Deseas que esa persona le caiga bien a tu familia y amigos
Estar en sintonía con la idea que tengan tu familia y amigos sobre tu posible pareja es una buena señal de que cada vez estás más apegado a esa persona.
No podemos negar que el apoyo de familiares y amigos facilita mucho las cosas; puedes quedar con menos dificultades, aumentas tu actividad social y amplias tu círculo, que además es bueno para nuestra salud física y mental.
3. Celebras con esa persona tus éxitos e incluso tus fracasos
¿Quién es la primera persona a la que le dices que has aprobado el examen? Junto con nuestra familia, tendemos a compartir nuestros triunfos con la persona a la que queremos, aumenta la recompensa emocional que obtenemos de nuestros logros y nos hace sentir orgullosos.
Pero no podemos dejar de lado los fracasos; recurrimos a esa persona para que nos consuele, nos reste importancia al asunto o nos llene de fuerza para afrontarlo con más determinación.
4. Definitivamente te gusta esa persona, y le gustas
Este es probablemente el punto más importante, ya que si el sentimiento no es mutuo las cosas se complican. En un estudio transcultural, los investigadores mostraron que un factor crítico reconocido como el predecesor del amor es el gusto recíproco, por algo se empieza, ¿no?
Aunque el físico juega un papel muy importante en esta primera atracción, una personalidad deseable tiende a ser el precursor del enamoramiento.
5. Echas de menos a esa persona cuándo estáis separados
Nuestra madurez juega un papel muy importante, a edades más avanzadas solemos sobrellevar mejor el tema de la distancia. Si te preguntas si de verdad estás enamorado, comprender cuánto echas de menos a esa persona es determinante, más echas de menos, más enamorado estás.
6. Cambias
El amor nos cambia, queramos o no. Tu yo de antes de enamorarse es diferente del de ahora, probablemente tú notes el cambio, o quizás lo noten otros, las personas que mejor nos conozcan lo notarán enseguida, como las madres:
“Cariño, estás comiendo menos, ¿estás enamorado?”
La otra persona puede influir más o menos en nosotros, depende de nuestra personalidad. Desde cambiar nuestro trato hacia otras personas a que nos empiece a gustar un nuevo deporte.
7. Te haces más celoso
Una cierta cantidad de celos es saludable. Desde una perspectiva evolutiva, los celos son una adaptación que ayuda a una relación a mantenerse, haciendo a sus individuos más sensibles a las amenazas.
Hay que mantener los celos bajo control. Los celos emocionales están relacionados con factores positivos que influyen en una relación, como la dependencia y la confianza. Pero si llevas tus celos al extremo de empezar a sospechar de tu pareja, realizando actividades como cotillear sus mensajes o llamadas, estás fomentando una actitud de ansiedad, poca autoestima e inseguridad crónica.
Fuente | Psychology Today