¿Cómo y cuándo hablar con mi hijo de sexo?

Este es un tema que preocupa mucho a los padres, ¿puede ser peor si le hablo antes de tiempo?, ¿tengo que evitar decirle ciertas cosas?, ¿si le hablo de ello puede hacer que quiera probarlo? Y además en una sociedad cambiante que va haciendo que los niños sean cada vez más precoces. Hoy veremos las dudas más frecuentes.

¿Cuándo hablar con ellos?

Es útil utilizar momentos propicios para la enseñanza, así lo dotamos de naturalidad, por ejemplo aprovechar cuando el niño hace alguna pregunta o cuando ocurre algo relacionado (ve algo en la tele y pregunta…).

La “conversación” como tal se hace con niños más mayores pero es útil con los pequeños ir ya introduciendo ideas para que las vayan asimilando con naturalidad, por ejemplo las diferencias en el cuerpo de niñas y niños (este es uno de los cambios más obvios para ellos y por los que siempre suelen preguntar), como nació un hermanito, etc…

Está claro que de pequeños no podemos explicarles el acto en sí pero es muy importante introducir valores más profundos como el respeto hacia los demás, la importancia de la familia y del amor y que los actos tienen unas consecuencias. Puede que no los entiendan completamente pero está claro que a un niño de 13 años que no ha oído nada antes sobre ellos será difícil hacérselos asimilar, son valores con los que se debe crecer y sobre los que luego se asentarán aspectos más “técnicos”. Es importante que desde pequeños aprendan a cuidar de su cuerpo.

Hablar del sexo puede ayudar a prevenir abusos, a aumentar su autoestima, a evitar problemas de ansiedad asociados al tema más adelante, a que vean la sexualidad como algo positivo y a que se relacionen mejor con los demás.

En adolescentes será muy importante tocar el tema de la “normalidad”, a ellos les preocupa mucho sentirse “normales”, se compararan con los demás y puede que empiecen a tener problemas con los cambios físicos que experimentarán (muchos de ellos desagradables).

La idea básica es que si un niño es lo suficientemente grande para hacer una pregunta entonces es lo suficientemente mayor para conocer la respuesta (adaptada a la edad), no hay que darle una explicación tan complicada que no la entienda y que le genere más preocupaciones que soluciones.

¿Qué deben saber según sus edades?

Hasta los 5 años → Que el amor es bueno y hace sentir a las personas queridas y seguras, que los cuerpos de las personas son de diferentes formas, colores y tamaños, que hay diferencias entre los cuerpos de niños y adultos, deben saber los nombres de las partes del cuerpo (incluidos los órganos sexuales), deben saber que cada persona es dueña de su cuerpo, deben saber hablar de sus partes sexuales sin pensar que están haciendo una travesura, que es normal tocarse los propios órganos sexuales por placer pero que debe hacerse en privado, deben saber cómo entran y salen los bebes del cuerpo de una mujer, que una mujer no está obligada a tener un bebe a menos que lo desee, deben aprender a decir NO al contacto no deseado y que pueden hablar con un adulto de confianza sobre temas y dudas respecto a la sexualidad.

De 5 a 7 años → Que los seres vivos se reproducen y como lo hacen (también animales y plantas), que todas las personas son seres sexuales (incluidos los padres, abuelo, etc…), que todos vivimos un ciclo de vida con un principio y un final y que ese ciclo incluye la sexualidad. debemos explicarles que las personas experimentan placer sexual de diferentes maneras, que todo el mundo tiene pensamientos y fantasías sexuales y que es normal, que existen diferentes estructuras familiares (diferentes tipos de familias) y que cada miembro de la familia tiene un rol y una responsabilidad. Debemos desbancar los estereotipos de roles de género (que sepan que una mujer puede hacer lo mismo que un hombre, etc…), inculcarles que la identidad sexual incluye la orientación sexual, que todos debemos tener un rol activo en la protección de nuestra salud y que los centros de salud nos ayudan, deben conocer los aspectos básicos del VIH/SIDA (aspectos básicos como cuando hay una herida en otros no tocarla, no hacer “pactos de sangre” etc…), deben entender que un amigo es alguien con quien disfrutar, que nos apoya, nos escucha y nos ayuda, y debemos enseñarles a desarrollar, mantener y terminar amistades y como reconocer y defenderse de abusos sexuales (que pueden ser personas parentemente amables, cariñosas y generosas o ser personas que conozcamos).

De 8 a 12 años (preadolescentes) → Es importante explicarles los cambios que sufrirán, como se desarrolla la pubertad, los cambios en el resto de niños, como sentirse cómodos con su cuerpo especialmente en relación con el de los demás. Se debe explicar que es la menstruación, los sueños húmedos, como ocuparse de la higiene personal durante la menstruación y es muy importante explicar también que los cambios emocionales son típicos de esta etapa y normales. Se les debe explicar que las personas tienen sexo por placer y no solo por reproducirse, que la masturbación es muy común y que es normal hacerlo pero en la intimidad, que no se deben sentir culpables por masturbarse. Debemos explicarles que son las enfermedades de transmisión sexual y que es el sexo seguro, como hablar de ello y cómo practicarlo (uso del preservativo). A estas edades ya se puede comentar que es la violación y el trabajo sexual (y porque es peligroso para hombres y mujeres). Los preadolescentes deben conocer el ciclo de la reproducción, como se produce y desarrolla un embarazo, los métodos anticonceptivos (incluidos la píldora de emergencia), como obtener esos métodos anticonceptivos, que es el aborto y que es la inseminación artificial. Es importante que conozcan como es una relación abusiva, como protegerse de ella y como terminar las relaciones sin enfadarse. Es interesante que sepan cómo piensa su comunidad, su familia y su entorno sobre las citas.

De 13 a 18 años → Deben conocer y comprender las relaciones entre personas del mismo sexo, deben saber que la identidad sexual está compuesta por la orientación sexual, la identidad de género y el sexo biológico. Que hay muchas formas normales y diferentes de practicar juegos sexuales, que deben asumir responsabilidad (y cómo hacerlo)  por sus decisiones, que deben saber equilibrar la independencia con la responsabilidad, que todo el mundo tiene derecho a no mantener relaciones sexuales, que el embarazo en la adolescencia supone muchas dificultades, hablar sobre la influencia de la sexualidad en los medios (y como controlar esa influencia). Deben aprender a tomar buenas decisiones, resolver problemas y desarrollar su autoestima. Se deben aclarar las dudas obre mitos y realidades de los métodos anticonceptivos. Deben entender que las relaciones cambian con el tiempo (incluso las familiares), deben aprender a tener expectativas reales sobre las relaciones a largo plazo (compañerismo, apoyo emocional, crianza de hijos…). Deben saber hablar con la pareja de temas relacionados con la sexualidad, evitar experiencias sexuales inadecuadas o no deseadas y como insistir en el uso de métodos anticonceptivos. Deben saber conceptos básicos sobre cómo cuidar a un niño y los efectos a largo plazo de la paternidad, sus dificultades, el desarrollo de un embarazo, etc…

¿Cómo hablar con ellos?

Es mucho mejor ir explicando las cosas o las dudas así como van surgiendo que hacer de ello una situación excepcional y sentar al niño como se hacía antiguamente a tener “LA charla”. Los niños son bombardeados con mensajes sexuales desde pequeños y pueden hacer preguntas como porque el cuerpo de una niña amiga es diferente, porque las niñas llevan vestidos y los niños no, de donde vienen los bebes (sobre todo si aparecen hermanitos o un embarazo en algún conocido), o porque se enamoran los dibujos animados o cambian de aspecto… Mil preguntas para las que a veces nos cuesta tener una respuesta acorde a la edad. Lo importante es ser naturales y mirar de aclarar la duda que tenía el niño de forma sencilla.

Si el momento no surge naturalmente lo podemos desencadenar nosotros con algunas preguntas, por ejemplo:

En niños pequeños:

–                    ¿Conoces el nombre de todas las partes de tu cuerpo?, ¿Sabes porque las niñas se ven diferentes a los niños?, ¿Sabes que significa que X esté embarazada?

En preadolescentes:

–                    Las personas cambian mucho en la pubertad, ¿qué has escuchado sobre los cambios en la pubertad?, ¿Alguno de tus amigos a empezado a tener citas? ¿ A qué edad crees que se empieza?, ¿Crees que los hombres y las mujeres son tratados de forma diferente? ¿De qué forma?…

En adolescentes:

–                    ¿Crees que has cambiado en los últimos años? ¿Qué te gusta/disgusta de esos cambios?, ¿A qué edad crees que una persona está lista para tener relaciones sexuales?, ¿A qué edad crees que una persona está lista para ser padre?

Aquí  tenéis una página que enlista las preguntas típicas según las edades (así las podéis ir pensando ya). Y aquí  tenéis algunos ejemplos de respuestas.

Siempre que un hijo dé su opinión hay que preguntarle porque cree eso, ver el proceso que ha llevado a esa conclusión.

Es muy importante compartir nuestros valores con ellos, por ejemplo mostrar una actitud positiva respecto a los métodos anticonceptivos, mostrar sentimientos negativos hacia el embarazo adolescente… Mostrar sentimientos negativos o positivos no quiere decir crear miedo o ansiedad respecto a un tema.

No hay que hablar solo de aspectos negativos (ETS, embarazos no deseados, abusos…) sino tener en cuenta también los aspectos positivos de la sexualidad (el amor, el placer, la intimidad)…

Otras cosas a tener en cuenta.

Como nosotros tratemos el tema será como lo traten ellos. Si ven en nosotros vergüenza con respecto al tema es probable que luego les de vergüenza preguntar o contarnos cosas o que otorguen al sexo el valor de vergonzoso. No hay que sentirse ridículos, puede que no tengamos la respuesta a alguna pregunta y en este caso se puede usar la técnica de averiguarlo juntos, buscando en un libro por ejemplo.

Hablar de sexo NO lleva a practicarlo antes ni nada por el estilo, este es un mito, hablar del tema no va a conducir a que nuestro hijo sea más precoz. De hecho es más probable que un hijo con información posponga las relaciones que uno sin.

No debemos transmitir juicios de valor que no sean objetivos, no debemos traspasarles nuestros miedos, por ejemplo decirles que “todos los hombres son iguales”, “que no se puede confiar en un hombre para una cita”… Esto crea estereotipos y prejuicios y lo creamos o no esta es la información que más asimilan y que luego imitarán.

También hay que enseñarles a respetar a los demás, a buscar más allá del físico y a no burlarse de los otros. Y entender que aunque los demás se burlen de él debe aprender a crear su propia imagen de sí mismo sin dejarse influenciar excesivamente por otros y sin hacer mucho caso a lo que otros (por incomprensión) digan.

 

Fuente: Planned parenthood, Según las edades.

Imagen: Wikipedia.

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