Recientemente, el II Barómetro HGS de la Salud en Entornos Laborales en España ha puesto de relieve que el 64% de los trabajadores padece alguna dolencia durante su jornada laboral. Una de ellas es el estrés mental: el 31% de los españoles sufre fatiga mental en el trabajo. Más allá de las conocidas consecuencias del estrés en nuestro cerebro, una nueva investigación aborda por primera vez la interacción entre la fatiga física y mental y el comportamiento del cerebro. La conclusión: la fatiga mental puede agotarnos también físicamente y hacer que al final del día lleguemos a casa exhaustos.
Los investigadores, por lo tanto, han estudiado las formas en que el estrés y el agotamiento mental puede dejarnos físicamente cansados y agotados. El trabajo ha sido llevado a cabo por investigadores del Texas A&M Health Science Center School of Public Health, en Estados Unidos.
Uso excesivo del cerebro
En general, la resistencia y la fatiga se han examinado únicamente desde el punto de vista físico, y los trabajos realizados hasta ahora se han centrado principalmente en el cuerpo y los músculos utilizados para completar una tarea específica (evaluación cardiovascular, cambios musculares y biomecánicos). Sin embargo, también el cerebro es un tejido biológico que puede ser usado en exceso y, por lo tanto, también puede sufrir fatiga.
El propósito de este estudio ha sido analizar las funciones cerebral y muscular con objeto de examinar el impacto del esfuerzo en la corteza prefrontal (CPF), para después comparar los cambios en el comportamiento del cerebro con respecto a las medidas tradicionales de la fatiga.
El estudio mostró que cuando intentamos realizar tareas mentales y físicas a la vez, los niveles de oxígeno en sangre en la CPF se reducen bastante, lo que puede causar que nuestros cuerpos se fatiguen mucho antes que si estuviéramos participando únicamente en una tarea física. De hecho, los niveles de azúcar en sangre eran más bajos que cuando se dan las condiciones de sólo fatiga física. Por lo tanto, parece ser que el cerebro trabaja intensamente cuando nos encontramos en tareas altamente cognitivas, y que pueden dividirse los recursos cerebrales y acelerar el desarrollo de la fatiga física.
Los expertos creen que es fundamental que los investigadores consideren tanto el cerebro como el resto del cuerpo cuando se examine el desarrollo de la fatiga y su impacto en el cuerpo. Esto se logra mejor mediante un trabajo interdisciplinario que combine principios neurocognitivos con resultados fisiológicos y biomecánicos, lo que puede proporcionar una comprensión global de lo que está sucediendo en el cuerpo cuando realizamos nuestras actividades diarias.
Fuente | Psych Central