Aunque en anteriores ocasiones hemos llegado a hablar de algunos “efectos secundarios” de la música heavy, como la situación de emocionarse en extremo durante un concierto y acabar con una hemorragia cerebral, es posible que hayamos infravalorado este tipo de estilo musical, calificándolo en ocasiones por algunos como “gritos” o “música extremista”.
Al menos eso se desprende de un reciente estudio publicado en Frontiers in Human Neuroscience, en el cual se afirma que algunos estilos como la música heavy, punk, death metal… tendrían efectos relajantes o calmantes sobre la ira del individuo que las escucha. Algo que podría resultar cuanto menos paradójico para algunos.
La música heavy y sus efectos calmantes
Más de uno habrá pensado en muchas ocasiones que la música heavy, o similares, puede incitar a la agresividad por su estilo caótico y muy lejano a la calma que pueden desprender otros estilos como la música clásica, por poner un ejemplo. Sin embargo, y según comenta este reciente estudio a cargo de Leah Sharman y sus colegas, este “caos” podría calmar e incluso inspirar a sus oyentes habituales.
“Nos pareció que esta música es capaz de regular la tristeza y mejorar las emociones positivas. Al experimentar ira, los aficionados a la música heavy buscan escuchar algo que coincida con dicha ira. La música ayuda a explorar toda esta gama de emociones, además de inspirar y activar a su oyente. Nuestros resultados muestran que los niveles de hostilidad, irritabilidad y estrés disminuyen tras escuchar este tipo de música, y uno de los cambios más significativos es el aumento del nivel de inspiración posterior a la escucha”
Para llegar a estas curiosas conclusiones, se analizó a individuos de entre 18 y 34 años que solían escuchar música heavy o estilos similares. Se les pidió describir acontecimientos que les provocasen ira (el objetivo era ponerlos de mal humor), y posteriormente se les hizo escuchar alguno de estos estilos musicales de su elección a algunos, mientras que otros permanecían en silencio durante 10 minutos.
Según comenta Sharman, uno de los objetivos secundarios del estudio era ver qué música seleccionaban los participantes durante sus momentos de ira, algo interesante de ver, pues la mitad de las canciones elegidas contenían temas que hablaban sobre ira o agresión, mientras que otros hablaban sobre aislamiento o tristeza. En estos casos, los participantes informaban de que usaban dicha música para mejorar su felicidad, sumergirse en sentimientos de amor y mejorar su bienestar (aunque os suene paradojico, porque lo es).
Así pues, si algún día veis a alguien enfadado que pretende relajarse con estos estilos musicales, saben que lejos de incrementar su ira lo que estará haciendo será precisamente eso, calmarse.
Vía | Spring.
Fuente | Frontiers in Human Neuroscience.