Bien sabemos que los genitales no deberían ser la parte más importante del cuerpo ante las relaciones sexuales, sino que es el cuerpo entero del que podemos disfrutar en nuestros encuentros eróticos. Y aunque vivimos en una sociedad muy genitalizada y coitocentrista, e intentemos luchar constantemente contra ello, los genitales también juegan un papel importante y fundamental en nuestra sexualidad. Por tanto, no podemos obviarlos.
Los genitales, pene y vagina, determinan si somos hombres o mujeres, y en función de éstos vendrán determinadas muchas otras cuestiones de género, las cuales están cambiando con el paso del tiempo. Aún así, los genitales condicionan nuestra vivencia de la sexualidad de una manera u otra.
Ahora bien, hablamos mucho de sexualidad y de los encuentros eróticos pero… ¿Conocemos bien nuestros genitales y su funcionamiento? La entrada de hoy está dedicada al pene, su aspecto, su funcionamiento y otras cuestiones a tener en cuenta, en otra ocasión hablaremos largo y tendido de la vagina.
¿Cómo es el pene?
Cuando vemos el pene y pensamos en estimularlo, debemos tener en cuenta las partes por las cuales se compone. El pene en sí tiene varias funciones como la de orinar, eyacular y recibir placer.
Durante la estimulación placentera, el pene responde de una manera muy específica: se llena de sangre debido a la excitación sexual que siente el hombre y alcanza la erección. No tiene ningún hueso, sino unos vasos sanguíneos (cuerpo esponjoso y cuerpos cavernosos) que reciben la sangre tras el estímulo erótico recibido, señal que manda el cerebro para que sea así. Recuerda que no es una máquina con un botón de encendido y apagado, sino que depende de nuestro cerebro, por tanto a veces puede fallar. La forma y el tamaño del pene puede variar de un hombre a otro, siendo en España una media aproximada de 13 centímetros en erección y de unos 9 centímetros en reposo.
Al final del pene encontramos el glande, es la zona más sensible pues tiene alrededor de 4000 terminaciones nerviosas. Es aconsejable estimularlo de forma suave, ya que puede resultar un poco molesto si se hace de forma brusca o muy directa.
Alrededor del pene está el prepucio, que es la piel que recubre el glande. No todos los hombres tienen prepucio, ya que cuando éste es estrecho e imposibilita la erección o la limpieza del pene, se realiza la circuncisión. Un pene con prepucio o sin puede disfrutar de las relaciones sexuales igualmente, no imposibilita este hecho. Si bien hay hombres que refieren sentir más placer sin el prepucio, e incluso una ventaja en éstos es la limpieza, ya que no se acumula suciedad en la corona del glande.
El frenillo es la parte que une el prepucio con el glande. Si éste es demasiado corto puede interferir en la erección y ser molesto en las relaciones sexuales, se puede hacer una pequeña intervención quirúrgica para solucionarlo.
OJO! hay chicos que durante las relaciones sexuales con penetración pueden romperse el frenillo, aunque es bastante doloroso y sangra abundantemente, tiene fácil solución y se puede seguir disfrutando de las relaciones sexuales sin problema tras la curación.
Tal vez el más olvidado sea el escroto, que es la piel que cubre los testículos. A parte de la función obvia de éstos de producir espermatozoides, su estimulación externa (con las manos, la boca, un juguete, etc.) es muy placentera para la mayoría de los hombres, ya que es una zona muy sensible, al mismo tiempo que tiene que ser tratado con cuidado por la misma razón.
¿Por qué nos importa tanto el tamaño?
Son muchos los estudios a cerca del pene que se realizan, para saber si el tamaño importa, cómo es un pene bonito, cómo debe ser la forma del pene, etc. Debemos tener presente que existen tantos penes como hombres hay y todos pueden disfrutar de las relaciones sexuales mientras no haya problemas importantes a nivel fisiológico.
Aunque cada pene es diferente y no hay nada malo en ello, muy a nuestro pesar las comparaciones son inevitables a la hora de hablar del tamaño. Un pene se considera funcional si en erección alcanza los 7’5 centímetros, y aunque pueda parecernos muy poco debemos tener en cuenta que el primer tercio de la vagina es el que contiene mayor número de terminaciones nerviosas y por tanto, un pene pequeño también puede satisfacer sexualmente a través de la penetración vaginal. Igualmente puede ser satisfactorio a través de la penetración anal, ya que la fricción en la entrada del ano resulta igualmente placentero. Por tanto, a nivel anatómico, el placer no tiene que ver con el tamaño.
Muchas personas sí le dan importancia al tamaño, pues esto es algo muy personal, tanto para hombres como para mujeres. El problema tal vez radique en que nos centramos demasiado en la penetración y olvidamos potenciar otras muchas habilidades que harán que disfrutemos con el cuerpo entero. Como bien sabemos, un pene grande también puede ser molesto para muchas personas. Al final, lo importante es que aprendamos a disfrutar de la sexualidad con todo el cuerpo y no sólo centrándonos en una pequeña parte, ya que recordamos que el placer está principalmente en nuestro cerebro.
Algunas recomendaciones
El pene, como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, debe recibir la atención que se merece, es decir, debemos cuidarlo y mimarlo. La higiene es una parte fundamental, aquellos penes que no estén circuncinados deben hacer mayor hincapié entre la zona del glande y la corona ya que se suelen acumular restos de orina y semen.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) también juegan un papel importante, ya que pueden aparecer herpes, verrugas, sarpullidos, etc. que resultan dolorosos y molestos para las relaciones sexuales, así como muchos más riesgos para nuestra salud que estas infecciones conllevan.
Existen otras características como la curvatura del pene que también preocupa a muchos hombres. Es muy habitual que los penes tengan algún tipo de inclinación, y a no ser que ésta resulte dolorosa o la curvatura sea muy pronunciada (como la enfermedad de la Peyronie) no debemos preocuparnos.
Al igual que las mujeres acuden al ginecólogo para hacerse controles sobre su vagina, es igual de recomendable que los hombres acudan al urólogo. No sólo cuando a nuestro pene le pase algo, como problemas en la erección o la aparición de algo extraño, sino también como forma de prevención ante otros problemas más graves como enfermedades fisiológicas o incluso cáncer.
Lo más importante de todo es que aprendamos a conocer nuestro pene y sobre todo, cuidarlo y mimarlo. Por ello, debemos centrarnos más en la importancia de disfrutar y obtener placer, que de obsesionarnos en el tamaño o la forma, pues éstas deberían ser algo secundario.
Fuente: Pene