¿Cómo se lo explico? ¿Hay que llevarlo al funeral? ¿Le miento para que no sufra? Lo cierto es que son muchas las preguntas que nos haríamos si tenemos que pasar por una situación de pérdida de un ser querido habiendo niños de por medio. Solemos tender a protegerles, no queremos que sufran ni que se familiaricen tan pronto con la muerte. El adulto no puede evitar el dolor del niño, pero si puede ayudarle a que esta pérdida o proceso de duelo se viva de la forma más adecuada.
¿Qué podemos hacer los adultos para ayudarles?
1. Ellos necesitan comprender: Tenemos que hablar claramente con ellos y explicarles qué es la muerte dependiendo de la edad. Los niños se sienten más seguros si pueden preguntar tantas veces como quieran y reciben siempre una respuesta por parte de los familiares o profesores. No hay que tener miedo a hablar con ellos sobre este tema, los niños sufren más si se sienten engañados.
2. No perder la rutina: Es importante que el niño continúe con sus obligaciones y rutinas. Una vez acabados los rituales tenemos que explicar al niño que es importante que vuelva al colegio, a estar con sus amigos, a jugar y a divertirse como antes.
3. Los niños tardan en comprender que la muerte es irreversible: El adulto no puede hacer más que tener paciencia e ir explicándole las cosas al niño, dependiendo de su etapa evolutiva, que la persona no volverá. Son muchos los casos en los que los niños no paran de desear que esa persona vuelva y lo expresan constantemente “mamá me gustaría que mi abuela venga a buscarme al colegio” entre otros tantos ejemplos.
4. Sinceridad: Es importante que respondamos a todas la preguntas de los niños con sinceridad y de forma concreta.
5. Estar unidos: Lo que los niños necesitan en la etapa del duelo es mucha compañía familiar, estar con sus seres queridos y sentirse protegidos. Es importante no dejar al niño en casa del vecino o con unos amigos, necesita estar con sus padres y por lo tanto incluirle en los rituales tales como el funeral. Los adultos creemos que el funeral hará que el niño sufra, pero el niño sufre por la sensación de abandono no por el ritual del funeral. Él también debe despedirse.
6. Aclarar inquietudes a través del juego: En muchos casos después de una pérdida los niños empiezan a jugar a funerales o a dibujar constantemente al ser querido. Tenemos que aprovechar tales herramientas como son el juego y el dibujo para acercarnos al niño y aclararle dudas, es bueno preguntarles que es lo que ocurre en el dibujo, que está pasando en ese momento, hablar a través del dibujo es una de las técnicas más efectivas que utilizamos los psicólogos.
7. Compartir el duelo: El padre o madre pueden, junto al niño, elaborar un álbum con las fotos de la persona que ya no está, realizar un mural, escribirle un poema. Es una forma de compartir el duelo y que el niño no crea que solo él sufre y le echa de menos. Los niños sobre los 5 años suelen ser egocéntricos.
Es necesario afrontar la pérdida de la forma más sana posible y construir juntos un nuevo comienzo.