Un equipo científico estadounidense, liderado por Michael C. Jewett y George M. Church, ha conseguido fabricar ribosomas artificiales desde cero tras cuatro años de trabajo.
El equipo ha aprovechado la función de las enzimas naturales que están implicadas en la fabricación de ribosomas para construirlos artificialmente in vitro resultando ser todo un éxito. Este descubrimiento ha supuesto un gran avance para la biología sintética, que se perfila a ser la gran revolución de este siglo.
Cabe destacar que equipos anteriores de investigación habían conseguido fabricar ribosomas a partir de cada uno de sus componentes; no obstante, la funcionalidad de estos ribosomas era bastante escasa.
La medicina, a día de hoy y aunque todos conocemos los grandes avances que ha conseguido en las últimas décadas, todavía está en sus albores. El esperado auge de la biología sintética, que en pocas palabras busca crear células “a la carta” como si de pequeños ordenadores se trataran, podría revolucionar la medicina de manera drástica. Pero la biología sintética no solo tiene aplicaciones en el campo de la salud, sino también en el medio ambiente, cuyas aplicaciones se esperan en un corto plazo de tiempo.
La reparación y regeneración de tejidos, así como la reprogramación celular, son dos de las aplicaciones más importantes de la biología sintética en el campo de la salud. Actualmente, se están consiguiendo grandes avances para combatir enfermedades cardiovasculares por esta vía terapéutica.
Los ribosomas presentan un importante papel en la función celular puesto que son los encargados de expresar los genes del organismo mediante la síntesis de proteínas, moléculas que se encuentran en prácticamente todos los procesos biológicos. Por ejemplo, las enzimas son de naturaleza proteica, sin las cuales no se podrían llevar a cabo las reacciones químicas de la célula.
Las proteínas son las encargadas también de comunicar la célula con el medio externo ya que constituyen los receptores celulares que interconectan la célula con todo lo que le rodea. Además, nuestras defensas también son de naturaleza proteica, como los anticuerpos o cada uno de los receptores que intervienen en el reconocimiento de los agentes que producen enfermedades (patógenos).
Con cada uno de los ejemplos anteriores quiero destacar la importancia que supone la fabricación de ribosomas “a la carta” para la creación de proteínas que no existen de manera natural en el organismo. Como las proteínas se encuentran en todos los procesos de las células, el abanico de posibilidades se ha disparado enormemente.
“Queremos crear nuevos chefs, o ribosomas. Entonces podríamos alterar a los ribosomas para que hagan cosas nuevas por nosotros”, explica Jewett.
Además, este descubrimiento permitirá conocer mejor cómo se forman y funcionan los ribosomas y permitirá la fabricación de nuevos antibióticos que actúen a este nivel.
Para el que quiera ver información adicional sobre la biología sintética, adjunto un enlace sobre un programa de Redes que se emitió hace unos años sobre el tema: Vida sintética para curar.
Fuente: NCYT