Cortisol y testosterona, las hormonas de las trampas… y las inversiones bursátiles

cortisol

Las hormonas cortisol y testosterona puede que nos suenen de algo, por separado. Por su parte, el cortisol suele relacionarse con el estrés, pues es la hormona que se eleva en estas situaciones; la testosterona, por otra parte, se relaciona con la sexualidad, la agresividad o la competitividad (tanto en hombres como en mujeres, aunque los hombres poseen más cantidad).

Pero, ¿existe alguna relación entre ambas hormonas? ¿qué puede suceder si ambas se elevan, o si se eleva alguna de ellas de forma artificial? Dos estudios diferentes han detectado algunas cosas curiosas.

A más cortisol y testosterona, mayor probabilidad de cometer trampas

infidelidad

Por un lado tenemos un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology a cargo de la Universidad de Harvard y la Universidad de Texas. En dicho estudio se comprobó si cortisol y testosterona, al elevarse a la vez, podían tener alguna relación con las situaciones tramposas (infidelidades o fraudes).

Se analizó a 117 voluntarios, a los que se pidió realizar un test de matemáticas. Tras corregirlo y puntuarlo, recibirían una cantidad económica cuanto menor número de fallos obtuviesen.

Se tomó una muestra de saliva de cada participante antes y después del test. Y, ¡sorpresa!, aquellos que cometían más fallos pero los ocultaban (hacían trampas), mostraban mayores concentraciones de ambas hormonas; las cuales se volvían a reducir tras el engaño, a la vez que se activaba el centro de recompensa cerebral (reforzando la conducta fraudulenta).

Si hay cortisol y testosterona elevados, habrá una mayor tendencia a inversiones de riesgo en bolsa

Seguidamente, por otro lado, tenemos otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Alicante , el Imperial College de Londres y la Universidad de Cambridge, publicado recientemente en Nature. En dicho estudio se analizó la hipótesis de que las hormonas cortisol y testosterona, tanto al elevarse de forma endógena como artificial, podrían llegar a desestabilizar los mercados bursátiles.

Para comprobarlo, en uno de sus experimentos calcularon los niveles de ambas hormonas, cortisol y testosterona, en 142 voluntarios, hombres y mujeres, los cuales se encontraban participando en un mercado financiero simulado en laboratorio en grupos de 10 personas. Aquellos con mayores niveles de cortisol parecían asumir mayores riesgos en sus inversiones; además, los mercados con un promedio alto de cortisol exhibian una mayor inestabilidad de precios.

Posteriormente, en un segundo experimento con 75 hombres, se les inyectó una dosis de cortisol o testosterona antes de participar en un simulador de bolsa. Cada uno de ellos participaba dos veces: En una de las veces recibía una de las dos hormonas, y en la otra placebo. Tanto si recibían cortisol como si recibían testosterona, se producía un incremento significativo de las inversiones de riesgo.

Los investigadores han concluido que cortisol y testosterona fomentan las inversiones a largo plazo, y que esto se debería a las funciones de ambas hormonas por separado: El cortisol se eleva frente a situaciones de estrés físico o psicológico, preparando al cuerpo frente a una posible lucha o huida; por su parte la testosterona se eleva en situaciones de competitividad.

Vía | CienciaXplora, ABC.

Fuente | Journal of Experimental Psychology, Nature.

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