La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que se presenta principalmente en adultos y, aún más, en adultos mayores. No obstante, en los últimos años se ha podido observar una alta prevalencia de esta enfermedad en jóvenes, dado el constante aumento de la prevalencia de obesidad y el sedentarismo entre este grupo de edad. Preocupa también que incluso la prevalencia de hipertensión ha aumentado incluso en aquellos que cultivan una vida sana.
Si la hipertensión arterial tiene consecuencias a largo plazo cuando aparece en la vida adulta, no es difícil imaginar lo preocupante que puede llegar a ser su aparición en edades tempranas. Entre las consecuencias más importantes se encuentran un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares o accidentes vasculares cerebrales.
Hay dos tipos principales de hipertensión, y el origen no siempre se encuentra en una mala alimentación o un estilo de vida sedentario. Lo importante es detectarla y tratarla desde el momento del diagnóstico. Pero, ¿se diagnostica lo suficiente? ¿Se dan las recomendaciones adecuadas a esta franja de edad? Al parecer, no, según un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Journal of General Internal Medicine. Según las conclusiones, sólo la mitad de los adultos jóvenes estadounidenses diagnosticados con hipertensión recibe consejos del médico respecto a la necesidad de cambios en el estilo de vida.
Sin consejos para un cambio de vida
Estos cambios en el estilo de vida deberían ir encaminados a controlar la presión arterial a través del ejercicio, el control del peso y una alimentación saludable. El tema más recomendado fue el ejercicio, seguido de consejos sobre dejar de fumar. A sólo el 25% se les aconsejó sobre cómo reducir la presión arterial a través de cambios en la dieta.
Según conclusiones adicionales del trabajo, los más proclives a recibir consejos sobe el estilo de vida fueron las mujeres, los pacientes habituales que acudían a la consulta por problemas de salud a largo plazo, los previamente diagnosticados con colesterol alto, y aquellos con antecedentes familiares de hipertensión o cardiopatías.
Causas de la hipertensión en la adolescencia
Como ya hemos comentado, no todos los casos de hipertensión se deben a un estilo de vida considerado poco saludable. También la genética u otros factores pueden jugar un papel importante en su aparición. Os listamos las causas más habituales:
-Estrés: es una de las causas principales. El estrés aumenta la fuerza del bombeo de la sangre e incrementa el volumen de ésta con cada latido, así como puede producir la liberación de hormonas como la adrenalina y noradrenalina, que estimulan el corazón y los vasos sanguíneos. De acuerdo a un estudio del Journal of the American Medical Association, la impaciencia y angustia incrementan las posibilidades de desarrollar hipertensión en la adolescencia. De hecho, el estrés es factor de riesgo para el desarrollo de otros muchos padecimientos.
-Obesidad: los jóvenes con sobrepeso son más propensos a presentar hipertensión. Uno de los estudios de Framingham constató que, por cada 10% de incremento de peso, la presión arterial aumenta 6.5 mmHg, el colesterol plasmático, 12 mg/dl, y la glucemia, 2 mg/dl.
-Genética: existen factores genéticos en el desarrollo de hipertensión arterial, ya que ésta resulta de la combinación de factores ambientales y hereditarios. En los últimos años se han identificado variaciones genéticas potencialmente implicadas en su aparición.
-Tabaco, alcohol y sedentarismo
-Alimentación inadecuada: una alimentación alta en sodio y grasas, o altos niveles de colesterol en sangre. Ya os hemos hablado de los mejores y peores alimentos para cuidas nuestro corazón.