Es un destino al que muchos nos gustaría visitar, se encuentra a 3.500 kilómetros del Chile continental, es una isla polinesia mundialmente conocida por sus “moais”, las gigantescas estatuas situadas alrededor de toda la costa de este territorio, se trata de la Isla de Pascua.
Hace más de tres décadas, allá por el año 1976, el famoso oceanógrafo Jacques Cousteau, llegó por primera vez a Hanga Roa, a bordo del Calypso. Quedó fascinado por el lugar y como relataba su viuda, Francine Cousteau, para el comandante Cousteau, la Isla de Pascua era uno de los lugares en los que se podía hacer algo significativo, soñó con algo que impactara a nivel global: economía, población y ecología.
La Isla de Pascua fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1995, por su lejanía, su belleza geográfica y su rica cultura. También es llamada Rapa Nui (isla grande), nombre puesto por navegantes occidentales a causa de su parecido con Rapa Iti, isla situada a 5.000 kilómetros al oeste.
Para el famoso explorador francés esta zona no sólo era de una gran belleza, sino que también corría el peligro de la erosión a la que estaba sometida.
Realidad ambiental de la Isla de Pascua
Según el director de la Corporación Forestal de Chile (CONAF), Eduardo Vial, los recursos naturales, terrestres y marítimos de la isla, están actualmente en grave peligro ya que más del 90% de la superficie se encuentra afectada por algún grado de erosión.
Cada vez hay menos cobertura arbórea en la zona, menos de un 5% de la superficie total de la isla tiene árboles. Esto ha generado una gran pérdida de la biodiversidad, debido a la extinción de numerosas especies nativas y endémicas de gran valor agrícola, ambiental y medicinal.
Tras el asentamiento polinesio inicial, y su posterior desarrollo, a finales del siglo XIX, hubo profundos cambios. Las áreas de pradera aumentaron considerablemente y la superficie arbórea disminuyó conforme se expandían el cultivo y la explotación forestal.
La ganadería extensiva de ovejas redujo la mayor parte de la isla a un extenso terreno de pastoreo. Estas ovejas, fueron reemplazadas por ganado vacuno y caballar, esto contribuye aún más a la erosión del suelo.
De los 163 kilómetros cuadrados que tiene la isla, un 10% de los mismos han perdido la capa orgánica, con lo que al degradarse la capa superficial del suelo, la acción de la erosión se acentúa todavía más.
La Sociedad Jacques Cousteau se lanza
Corría el mes de marzo del año 2011, cuando una carta enviada por la Sociedad Jacques Cousteau, llegaba a la presidencia de Chile. En dicha carta se planteaba que en el país andino había un gran pero frágil tesoro, era necesario reforestar la isla para contribuir a su sustentabilidad y la Sociedad Cousteau estaba dispuesta a trabajar para lograrlo.
Las palabras se transformaron en hechos, cuando hace unos días, se aceptó el desafío y se firmó un convenio entre la Corporación Nacional Forestal y la Sociedad Jacques Cousteau.
El propósito era claro, recuperar el equilibrio ecológico de Rapa Nui, incluyendo los suelos, el agua de lluvia, la recuperación de las praderas, la lucha contra la erosión y la reforestar de la isla.
¿En qué consiste el programa?
En una primera fase, se contempla el rescate de 1.400 hectáreas, mediante reforestación de las mismas especies nativas y originarias de la zona, alcanzando la cifra proyectada de 1.400.000 árboles para plantar.
Lugares de importante interés son los volcanes Poike, Terevaka y Rano Kau, donde el terreno volcánico ha generado laderas de tierras amarillas y rojas, con escasa vegetación de malezas y arbustos.
Desde CONAF dicen que no quieren cambiar la forma de vida de la gente, pero pretenden sustituir la ganadería intensiva, por otra de menos impacto para el medio ambiente.
Se pretende también fomentar la educación ambiental en la zona, llevando a que no sólo los 5.000 habitantes de la isla se interesen por la recuperación de los suelos erosionados, sino también los turistas (67.000 al año) que visitan Rapa Nui.
La gestión sostenible del patrimonio cultural de la Isla de Pascua es vital para la pervivencia de la actividad económica fundamental de los isleños, que es el turismo.
Jacques Cousteau dio el aviso del peligro que corría la zona. Ahora, su fundación trabajará codo con codo con Chile para la recuperación de la zona. El tiempo dirá si el sueño completo de Cousteau se cumple, desde Medciencia esperamos que así sea.
Fuentes: La Tercera y Explora
Imagen: Guía Viajes