Siempre que veo algún descubrimiento de una nueva especie interesante me gusta compartirlo con vosotros para que podamos ver que aún queda mucho trabajo que hacer y muchas especies por descubrir. Sin embargo, en muchas ocasiones, las nuevas especies se describen muchos años después a su descubrimiento inicial. La descripción de una especie es como su presentación oficial al mundo, es decir, su clasificación en los distintos grupos y las características que la hacen única.
¿Y cuánto tiempo se tarda en hacer esta presentación oficial? Un estudio publicado en Current Biology estima que de media se pueden tardar algo más de 20 años, algunas se han descrito incluso después de extinguirse. Sin ir más lejos, hace poco hablábamos de un cetáceo nuevo descubierto hace unos años pero descrito ahora, o el famoso lesula, también descubierto hacía 5 años.
EL estudio se basó en una muestra de 600 especies descritas en 2007 revelando que el período medio de “vida de estantería” fue de 20.7 años. Las plantas y los peces se llevan la palma con unos períodos superiores a los 30 años.
¿Por qué se tarda tanto en describir las nuevas especies?
Lo más curioso del estudio es que la mayor parte del tiempo esas especies están en una estantería cogiendo polvo, cosa que me enfurece (hay mucho biólogo en paro y mucho trabajo por hacer). A este período de vida se le ha bautizado como “vida en la estantería” y las razones por las que pueden llegar a ser tan largos son las siguientes:
- El principal motivo es que en ocasiones son especies raras de las que sólo se tiene un ejemplar y hay que esperar a tener más para describir a la especie en concreto.
- Falta de personal: para poder agilizar el proceso hace falta formar a más taxónomos, que son los investigadores que se dedican a la clasificación de los seres vivos. Es cierto que la taxonomía no es una rama que triunfe mucho dentro de la Biología, es un trabajo laborioso y muy detallado pero a mí me parece apasionante.
- Las especies nuevas no suelen reconocerse como nuevas al ser recogidas, de ahí que en algunos casos sean descritas cuando ya se han extinguido.
Las “vidas de estantería” más largas
Para terminar, unos datos sobre las especies que más tiempo han estado esperando a ser descritas.
El récord se lo lleva una víbora de Indonesia, Tropidolaemus laticinctus, cuya descripción se basó en 5 especímenes siendo uno de ellos de 1801. Otros casos llamativos han sido los de un murciélago descrito a partir de un ejemplar de 1856 y donado a un museo de Filadelfia, un escarabajo de los Alpes italianos de 1912 o un ácaro descubierto entre las plumas de unas cacatúas recogidas en Papúa Nueva Guinea en 1900.
Como veis, el proceso de descripción de una especie puede complicarse mucho. No es lo mismo el caso del lesula, que sólo con verlo se sabe que es una especie totalmente distinta, a muchas especies de peces que parecen todos iguales y hace falta un examen mucho más exhaustivo. De igual manera, está visto que hacen falta más taxónomos en el mundo.
Fuente: sinc