Llegamos ya a la cuarta entrega de esta serie ginecológica sobre anticonceptivos. Como ya os comenté en la primera entrega, los métodos hormonales se empezaron a usar oficialmente a partir de 1960, y la entrada en Europa fue en 1961. Pero recordemos que en esa época en España existía aún un gran poder por parte de la Iglesia y estaba establecido el gobierno dictatorial, por lo cual la legalización de este método en nuestro país no se dio hasta 1978 (ya os conté hace poco que la ciencia y la religión no se tienen mucho cariño).
Este tipo de métodos funciona, resumiendo mucho, evitando la ovulación, reduciendo el transporte de los espermatozoides hacia las Trompas de Falopio, modificando la pared uterina o endometrio para que el óvulo no llegue a implantarse o haciendo más grueso el moco cervical (evitando así también la implantación del óvulo en el útero). Es un método reversible y se presenta en formas orales, inyectables, parches, vía vaginal… Hay muchos tipos y muy diferentes, empecemos:
Anticonceptivos orales: Es la típica y conocida píldora anticonceptiva de uso diario, compuesta por estrógenos y gestagenos. Para ser efectiva se toma el primer día del ciclo menstrual e importante no olvidarse de alguna de las dosis. Es importante recordar que no protege contra infecciones de transmisión sexual.
Anillo vaginal: Como su propio nombre indica, es un anillo colocado en la vagina que produce hormonas, las cuales pasaran hacia la circulación sanguínea de forma diaria a través de la pared vaginal. Es de uso mensual, se coloca en la vagina durante 3 semanas y se descansa una semana (la semana donde viene la menstruación). Con este método se evita la pérdida de hormonas si existen vómitos o diarrea por ejemplo. No se nota, no se cae y no, no puede perderse por el interior del cuerpo (el cuello del útero es una cavidad cerrada).
Parche transdermico: Método que funciona de la misma forma que los conocidos parches de nicotina, liberando las hormonas hacia la circulación sanguínea a través de la piel. Es muy importante colocarlo bien, pues esto influye mucho en su funcionalidad. Se ha de colocar el primer día del ciclo menstrual y se usa un parche por semana, durante 3 semanas, y se descansa una semana (como el método anterior).
Píldora: Método similar a los anticonceptivos orales, pero solo compuesta por gestagenos. Al no usar estrógenos, este tipo de anticonceptivo puede ser usado por mujeres mayores de 35 años y fumadoras, mujeres que padecen diabetes, hipertensión u obesidad; en el momento post-parto y lactancia (no se pueden usar estrógenos en el post-parto por posible afectación del recién nacido) y en mujeres que tienen antecedentes de trombosis (los estrógenos elevan la coagulación).