Muchos de los fármacos que se utilizan para el tratamiento de las diferentes enfermedades o trastornos, son incorporados al organismo mediante el torrente sanguíneo. Esto permite que el fármaco alcance el lugar donde nos interesa que actúe, sin embargo, también alcanzará destinos en los que su actuación es indiferente o no deseada. Un claro ejemplo es el tratamiento del cáncer, pues nos interesa eliminar las células tumorales, pero para ello empleamos sustancias tan tóxicas e inespecíficas que no las distinguen de otras células del organismo, y de ahí sus efectos secundarios.
Gracias a la tecnología actual, la comunidad científica fue capaz de desarrollar un mecanismo que nos permitiese llevar estos fármacos a su diana específica, y una vez allí liberarlos sin ocasionar daños en el resto del organismo. Estamos hablando de las nanopartículas, cuyas características, ventajas e inconvenientes comentamos hace un tiempo aquí en Medciencia.
Ahora, un grupo de investigadores del Helmholtz Zentrum München y Ludwig-Maximilians-Universität de Munich, han desarrollado una nanopartícula cuyo objetivo es destruir las células tumorales en los pulmones mediante el transporte de los fármacos capaces de eliminarlas.
Las nanopartículas están diseñadas para evitar la liberación del fármaco de forma prematura
Los investigadores han añadido una capa protectora a estas nanopartículas, de tal forma que se evita que el fármaco se libere de forma prematura, alcanzando el tejido pulmonar y evitan perjudicar al resto del organismo. Esto se consigue gracias a las características de la capa protectora, pues está diseñada para romperse solo por la actuación de una enzima particular, que se encuentra en altas concentraciones en los pulmones.
El mecanismo es sencillo, se introduce en el organismo estas nanopartículas vía torrente sanguíneo, alcanzarán los diferentes lugares de nuestro cuerpo, pero gracias a las bajas concentraciones en las que se encuentra la enzima clave para su ruptura en el organismo, solo se romperá la capa protectora en los pulmones, dónde se encuentran las células tumorales del cáncer de pulmón, liberándose el fármaco y atacando a los agresores.
“Observamos que la efectividad del fármaco en el tejido donde se encontraba el tumor era de 10 a 25 veces más eficiente que la observada en los tratamientos convencionales.” Nos cuenta el doctor Silke Meiners, director de la investigación.
Además de ser más preciso, al tratar el cáncer con nanopartículas estamos evitando que se desperdicie fármaco, factor clave a la hora de desarrollar una patente, pues como ya conocemos, la economía del proceso delimita su práctica, y también dejamos a un lado los efectos secundarios, que tanto mitigan la salud del paciente.
Fuente | ACS nano