Siguiendo con mi serie favorita de artículos, hoy toca uno de mis órganos preferidos: el corazón.
El corazón humano tiene un tamaño, aproximadamente, de un puño. Difiere de tamaño entre hombres y mujeres (por ello, a la hora de los trasplantes, es importante que el donante y el trasplantado sean del mismo sexo).
Nuestro corazón bombea alrededor de unos 5 litros de sangre, los cuales son bombeados unas 1000 veces por día, con una cantidad de unos 80 ml por cada latido cardiaco.
Un corazón estándar adulto late alrededor de 70 veces por minuto. Esta frecuencia es mayor en los niños (de hasta 140 pulsaciones por minuto) y disminuye en los ancianos (hasta 60 pulsaciones por minuto). También tenemos como excepción los atletas de elite, que fácilmente están a 60 pulsaciones por minuto.
La frecuencia cardiaca por debajo de 60 latidos por minuto se llama bradicardia, y la que está por encima de 100 latidos por minuto se llama taquicardia. Ambas pueden ser síntoma de alguna enfermedad, aunque cabe señalar que no lo son siempre, pues por ejemplo la taquicardia se da fácilmente cuando nos ponemos nerviosos o ansiosos.
El corazón se compone de 4 cavidades, separadas entre si por tabiques y válvulas. Por una parte tenemos dos cavidades pequeñas en la zona superior, las aurículas, que reciben la sangre de la gran Vena Cava (aurícula derecha), o de los pulmones (aurícula izquierda). Por otra parte tenemos los ventrículos, responsables verdaderos del bombeo de sangre. El ventrículo derecho llevara la sangre hacia los pulmones para oxigenarla, y el ventrículo izquierdo bombeara la sangre a través de la Arteria Aorta por todo el organismo.
La separación entre los ventrículos y aurículas, o entre ventrículos y grandes vasos son las válvulas cardíacas responsables de la coordinación del bombeo de sangre. Son 4 válvulas, que se cierran o se abren de dos en dos (tricúspide y mitral por un lado, y pulmonar y aortica por otro).
El típico y conocido “pum-pum” que todos conocemos del corazón es el sonido que hacen las válvulas cardiacas al cerrarse. Primero las válvulas tricúspide y mitral, y después las válvulas pulmonar y aortica.
Alrededor del corazón tenemos las tres arterias coronarias, responsables de nutrir al propio corazón, y también responsables de los infartos, pues su obstrucción total provoca el llamado infarto agudo de miocardio.
Cubriendo al propio corazón, hay una capa de tejido protector muy fina, el pericardio, que en ocasiones puede enfermar, por una inflamación (pericarditis) donde se vuelve mas gruesa y comprime al corazón. En otras ocasiones, puede haber liquido entre este tejido y el propio corazón, comprimiendo también a este último. Ambas situaciones provocan que al corazón le cueste más bombear sangre.
Entre las pruebas que se usan para saber si nuestro corazón funciona bien tenemos el famoso electrocardiograma, que pese a parecer un completo jeroglífico (para nosotros los estudiantes sigue siéndolo), nos da mucha información de varias enfermedades.
Las operaciones que más se suelen hacer en el corazón son: recambio de válvulas cardíacas, destaponamiento de las arterias coronarias (con una especie de muelle llamado Stent), y el by-pass coronario, que consiste en coger trozos de venas o arterias de las piernas o del brazo para sustituir a las arterias coronarias enfermas.
El primer trasplante completo de corazón lo hizo Christian Barnard en 1967, desgraciadamente su paciente murió 18 días después por una neumonía. Actualmente, un paciente con un corazón trasplantado puede durar hasta más de 10 años.
Por último, destacar que casi el 40% de las enfermedades actuales se deben a problemas del corazón o del sistema circulatorio en general. Así que cuidadlo bien, corazón sólo hay uno.