Volvamos, una vez más, a analizar las curiosas consecuencias que tiene una lesión cerebral, según en qué zona y lóbulo se produzca.
En el anterior artículo os hablaba del lóbulo frontal, encargado sobretodo de las funciones corporales del movimiento. Hoy os hablaré del lóbulo parietal, encargado sobretodo de las sensibilidades corporales (tacto, temperatura, dolor…), pero con alguna que otra función más.
Para ponernos en situación, anatómicamente los lóbulos parietales están entre los lóbulos frontales y los occipitales, justo en medio de la cabeza, en la zona superior.
Para empezar, existen lesiones del lóbulo parietal que también afectan a la vista. La lesión de un lóbulo parietal dará lugar a una hemianopsia contralateral (como os expliqué en el primer artículo de Curiosidades Cerebrales, será una falta de visión en la zona externa de un ojo, e interna del otro; si se lesiona el lóbulo izquierdo, se lesionara la zona externa del ojo derecho y la zona interna del ojo izquierdo).
Continuando con las lesiones no sensitivas, están la apraxia constructiva (fallo a la hora de construir figuras o dibujos) y apraxia del vestido (fallo para vestirse).
Por otra parte, las lesiones más importantes, las sensitivas. La lesión de los lóbulos parietales da lugar a anosognosia (el paciente no reconoce tener una enfermedad, contestando de malas formas incluso), astereognosia (no se reconoce un objeto por el tacto con los ojos cerrados), atopognosia (no se reconoce un estimulo táctil en el paciente), y por último la asomatognosia, o falta de reconocimiento de una parte del cuerpo como propia (si ponemos el brazo del paciente detrás de su espalda y hacemos que se toque, no reconocerá esa extremidad como suya).
Por último, también se pueden presenciar las llamadas heminegligencias corporales, donde el paciente ignora una parte de su cuerpo. Por ejemplo, no mirara a la izquierda, ni sabrá que existe esa zona, le podremos mostrar dibujos y llegará a ignorar la parte izquierda si su lesión corporal esta en ese lado. Y, aún así, el paciente seguirá sin reconocer su enfermedad (anosognosia).