Este es ya el último artículo del pequeño repaso sobre los 4 tipos de lóbulos cerebrales y las consecuencias de sus lesiones. Hoy hablaré del lóbulo temporal, responsable de múltiples tareas.
Anatómicamente, el lóbulo temporal se sitúa en ambos lados de la cabeza, por la zona donde tenemos las orejas, y al lado y debajo de su respectivo lóbulo parietal.
De igual forma que el lóbulo frontal, también tenemos un lóbulo temporal dominante sobre el otro. En este caso, la lesión del lóbulo temporal dominante da lugar defectos visuales, afasia de Wenicke (alteración de la comprensión del lenguaje, donde si podemos hablar, pero no comprender lo que nos dicen), amusia (incapacidad para leer o escribir música) y fallo en el aprendizaje verbal por via auditiva (es decir, cualquier cosa que nos enseñen hablando, seremos incapaces de almacenarla en nuestro cerebro).
Si, por el contrario, la lesión se produce en el lóbulo no dominante, se producirán también defectos visuales, pero añadiendo también fallos en las relaciones espaciales (no controlaremos bien el espacio donde nos encontramos, como las distancias entre objetos por ejemplo), alteración del aprendizaje visual (igual que en el caso anterior, pero aquí el fallo será al almacenar aprendizaje por vía visual) e incapacidad para reconocer melodías.
La lesión de cualquiera de los dos lóbulos dará lugar a alucinaciones e ilusiones auditivas (este lóbulo es el responsable del sentido del oído), y como dice el título de hoy, también dará lugar a agresividad del paciente.
Por último, si se lesionan los dos lóbulos, se puede llegar a una amnesia de Korsakoff, donde el paciente se inventa los recuerdos para rellenar los huecos que le faltan en su memoria; o el síndrome de Klüver-Bucy, donde hay apatía, placidez, incremento de la actividad sexual y falta de reconocimiento de objetos comestibles.
Este ha sido el último artículo de esta pequeña serie sobre el cerebro, más adelante ya hablaré sobre otras zonas del sistema nervioso como el cerebelo o el tronco encefálico… pero eso ya serán otras historias.