Curiosidades vitamínicas (II): Vitamina B

 

Como sabéis, y aunque quizás debería habéroslo comentado en la primera entrada sobre curiosidades vitamínicas, las vitaminas son sustancias que deben aportarse obligatoriamente a través de la dieta puesto que nuestro cuerpo las necesita para su correcta función pero no puede sintetizarlas por él solo, o al menos no en la cantidad suficiente. En la vitamina B2 o riboflavina ocurre esto último. Aunque nuestras bacterias intestinales la sintetizan, su aporte es insuficiente para satisfacer nuestras necesidades por lo que debemos aportar a través de los alimentos.

La riboflavina es de color amarillo y de hecho se utiliza en ocasiones como colorante alimentario (E-101). Sin embargo, los productos a los que se les adicione el E-101 no pueden publicitar que están enriquecidos en riboflavina, puesto que su verdadera función es la de aportar coloración amarillenta.

¿Alguna vez has tenido problemas dérmicos especialmente en la comisura de los labios y en la boca? Pues quizás haya podido ser causado por una pobre ingesta de esta vitamina. Generalmente los principales signos clínicos que se presentan por insuficiencia de riboflavina son lesiones en la piel. Especialmente en la cavidad bucal como queilitis angular (inflamación y lesión de la comisura labial), pero también es común observar cambios en el epitelio escrotal y vulvar, dermatitis seborreica e incluso problemas oculares y anemia normocítica. En ocasiones incluso se ha observado fotobofia y retraso en el crecimiento de niños.

Las IDR de esta vitamina es de 1,3 y 1,6 mg/día para la mujer y el hombre adulto respectivamente y sus principales fuentes son quesos y lácteos, hígado, legumbres, frutos secos como la almendra, huevos y algunos pescados y carnes como sardinas, pollo o carne de cerdo y de vaca.

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