Curiosidades vitamínicas (III): Vitamina B3

La vitamina B3 es conocida como niacina y tal nombre tiene una historia curiosa. Para empezar, deciros que bajo el nombre de niacina se designan a diferentes derivados como el ácido nicotínico o la nicotinamida. Esto es debido a que, cuando se descubrieron las propiedades del ácido nicotínico, por prudencia y para evitar la percepción de que los alimentos con esta vitamina contienen nicotina se decidió englobarlo en un nombre diferente. Y el resultado fue niacina, derivado de ácido nicotínico + vitamina.

Además de niacina, a la vitamina B3 también se le llama factor PP. Esto es debido a que en la campaña electoral, el partido de derechas… No, no! Es broma. El nombre de PP viene de “protector de pelagra”. No en vano, una insuficiente ingesta de niacina puede acabar provocando esta enfermedad que seguro habréis escuchado alguna vez.

Actualmente en los países desarrollados es raro encontrarnos a personas con pelagra (quizás en algún alcohólico crónico) pues el consumo de proteínas es más que suficiente. –Vale, ¿pero qué tienen que ver las proteínas en esta historia?– Pues da la casualidad de que además de que podemos incorporar la niacina como tal (como vitamina) a través de los alimentos, nuestro cuerpo es capaz de sintetizarla a partir del triptófano (un aminoácido presente en los alimentos proteicos). Por ello, la pelagra sólo suele ser frecuente en zonas donde la dieta es muy limitada y monótona, con escaso aporte proteico.

Así alimentos ricos en niacina son el hígado, el atún (de ahí la imagen), la ternera o el pollo, que además son ricos en proteínas y por tanto servirán para que el cuerpo sintetice niacina a partir del triptófano. Otros alimentos como cereales enriquecidos, melocotón seco o arroz integral contienen también niacina en menor cantidad.

Pelagra:

Como os comento, seguro que habréis escuchado alguna vez nombrar esta enfermedad pero no tenéis muy claro de que se trata. Pues bien, la pelagra es una enfermedad causada por deficiencia en niacina, aunque hasta bien entrado el siglo XX aún se pensaba que era una enfermedad infecciosa. Su sintomatología empieza de forma gradual, siendo común en los estadíos iniciales el cansancio, la debilidad muscular, cierta pérdida de peso así como una piel enrojecida, áspera y escamosa. Conforme avanza la enfermedad se instaura un cuadro clínico más severo conocido como la triple D (o las 3 D’s): dermatitis, diarrea y demencia.

Niacina como suplemento:

También cabe mencionar que se le han dado varios usos farmacológicos a la suplementación con niacina. Se ha utilizado para paliar síntomas típicos de la pelagra, como vasodilatador periférico y hasta como hipolipemiante ya que la niacina bloquea la lipólisis del tejido adiposo, causando una disminución en los ácidos grasos libres en sangre. Incluso Wikipedia cita que puede mejorar el acné. Sin embargo su suplementación no está libre de inconvenientes, se han descrito arritmias cardiacas, hepatotoxicidad (daño en el hígado), hiperglucemias y enrojecimiento facial entre otros.

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