Desarrollan piel artificial capaz de ‘sentir’

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Si nos paramos a repasar todos los avances cosechados por la ciencia en estos últimos años, nos damos cuenta que cada vez nos acercamos más a la realidad de las historias de ciencia ficción de los 70’s. Un ejemplo son las prótesis, que hemos conseguido perfeccionar hasta el punto de simular las extremidades humanas con una piel altamente realista. Sin embargo, hacer de ellas ‘una’ junto con el cuerpo humano sigue siendo una barrera debido a la complejidad fisiológica y por supuesto, la conexión con el sistema nervioso.

Pero Zhenan Bao, profesora de ingeniería química de la Universidad de Stanford junto a su equipo, han logrado un paso más en la ingeniería prostética al diseñar una piel artificial capaz de detectar la presión que se le aplica (lo que conoceríamos como tacto) y mandar señales eléctricas con esta información a nuestras neuronas.

La ciencia del tacto

 

El trabajo de Bao le llevó más de una década desarrollar un material que simulase la flexibilidad de la piel y su capacidad regeneración, al tiempo que fuese capaz de enviar señales sobre nuestro tacto, temperatura y dolor. En pocas palabras, piel que pudiese cubrir una prótesis y ser completamente funciona.

El estudio se publicó en Science, y encabeza el primer desarrollo de un elemento que incluya mecanismo de sensibilidad que permitan distinguir desde un apretón de manos a una caricia o un roce.

El dispositivo comprende dos construcciones: una capa superior consistente en el mecanismo de detección y una capa situada debajo de esta que actúa como un circuito para transportar la señal eléctrica y transformarla en un estímulo bioquímico compatible con nuestras neuronas.

Punto de unión entre lo biológico y lo artificial

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La tarea de conseguir conectar el dispositivo artificial a nuestras neuronas le tocó al profesor de ingeniería biológica Karl Deisseroth, pionero en el campo que combina la genética y la óptica. Para ello, su equipo desarrolló una línea de neuronas para simular la porción afectada del sistema nervioso. Tradujeron la presión y las señales de la piel artificial a pulsos de luz, los cuales activaban las neuronas, haciendo posible este puente hasta las neuronas.

Aun queda mucho trabajo por delante, comenta Bao, el producto necesita muchas puestas en prácticas y perfecciones para consolidarse como la primera piel artificial funcional en el mercado. Son excelentes noticias para el mundo de la prostética y esperemos que los precios se ajusten de manera lógica a las necesidades de una sociedad en la que muchas personas carecen de alguna extremidad.

Fuente | Stanford U

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