La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) sigue siendo un problema importante en el mundo. Entre los distintos virus que pueden afectar al hígado, el VHC es uno de los más problemáticos porque en una gran parte de los casos se producen diversas complicaciones que pueden resultar mortales.
Un gran porcentaje de los que se infectan por el VHC acaban desarrollando una infección crónica que puede comprometer la función del hígado, que recordemos que se trata de un órgano muy importante ya que nos mantiene con vida por las extraordinarias funciones que realiza.
La evolución del cuadro a una cirrosis no es para nada inusual; asimismo, este virus se relaciona con una mayor incidencia de cáncer de hígado. Si recopilamos lo que hemos comentado en estas líneas, no es difícil entender por qué este virus es bastante peligroso.
Este virus supone también un peligro para el personal sanitario, pues se transmite fundamentalmente por el contacto con la sangre de una persona infectada, como puede ser por algún pinchazo accidental con una aguja que se encuentre contaminada. Además, estos virus suelen transmitirse en las personas drogadictas que utilizan drogas inyectables. En estos casos, el riesgo de contaminación es muy elevado.
En busca de la ansiada vacuna
A todo lo que se ha comentado en los párrafos anteriores hay que sumarle que en la actualidad no existe ninguna vacuna contra el VHC que haya pasado de manera exitosa todas las fases de experimentación. Encontrar una vacuna contra este virus sigue siendo una prioridad sanitaria.
Un equipo de investigadores dirigido por el profesor Ellie Barnes de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha diseñado una vacuna que ha cumplido una de las fases de experimentación clínica.
El objetivo principal de estos investigadores es reforzar la respuesta de los linfocitos T que nos ayudan a protegernos contra este virus. Para ello, escogieron a 15 voluntarios sanos a los que se le administró una primera vacuna que potenció la respuesta inmune frente al VHC. Para reforzar esta vacuna, a las 8 semanas se administró de nuevo otra vacuna.
Los investigadores afirmaron que el nivel de respuesta que obtuvieron estos voluntarios, una respuesta que duró al menos 6 meses, fue similar a los individuos que consiguen zafarse del VHC de manera natural en su primer contacto con el virus.
“La respuesta de las células T es muy alta, y lo prometedor es que se trata de una respuesta amplia. Se produce una gama de diferentes células T que atacan diferentes partes del virus de la hepatitis C. Esta es la primera vacuna de células T altamente inmunógena desarrollada contra la hepatitis C. Encontramos que es segura y bien tolerada en este grupo de 15 voluntarios sanos”, explica el profesor Barnes.
La vacuna todavía sigue en fase de experimentación. Ya se está llevando a cabo otro ensayo clínico con el objetivo de demostrar que esta vacuna es realmente segura y eficaz en la población, así que esperemos que los resultados tan prometedores que está mostrando hasta ahora no sean una simple quimera.
Fuente: Science