Un nuevo estudio realizado por investigadores de varias entidades europeas liderado por la Universidad de Wageningen y publicado esta semana en la revista PNAS (Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias) nos habla sobre el descubrimiento de una nueva función de una de nuestras bacterias intestinales, Akkermansia muciniphila. Hasta ahora, se conocía su función como protectora frente a sustancias extrañas pero se ha descubierto otra función aún más interesante y es que tiene un efecto favorable sobre las alteraciones del metabolismo asociadas con la obesidad.
Una bacteria que disminuye la acumulación de grasa
Tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 se caracterizan por la alteración de la microbiota intestinal, inflamación y por la alteración de la barrera intestinal, aunque aún no se sabe con certeza la composición ni los mecanismos de interacción del huésped que consiguen alterar esa barrera. Hace 10 años, el mismo equipo de investigación ya descubrió que la bacteria Akkermansia muciniphila formaba parte de la barrera intestinal y pudieron observar que las bacterias estaban presentes en mayor número en los seres humanos y los roedores que no tenían sobrepeso. Asimismo, estaban presentes en menor cantidad en los seres humanos y roedores con inflamaciones intestinales o con obesidad.
Sus investigaciones continuaron y en el estudio actual se ha trabajado con ratones a los que indujeron obesidad y diabetes tipo 2. Observaron que, en estas dos situaciones, las bacterias en estudio son menos frecuentes. Del mismo modo, cuando se les administró alimentos que ayudaron a restablecer los niveles normales de la bacteria en estudio, se observó un fortalecimiento de la barrera intestinal, una disminución del peso corporal, una reducción de las reacciones inflamatorias de los tejidos grasos y una disminución de la resistencia a la insulina.
Pero a los investigadores les surgió una duda ¿Realmente la bacteria Akkermansia muciniphila está relacionada directamente con la obesidad y la diabetes tipo 2 o existe una relación causal entre una mejoría de las condiciones y la aparición de la misma?
Para comprobarlo, administraron la bacteria a ratones con distintos tipo de dieta. Los resultados mostraron que en los ratones con una dieta normal no hubo ningún efecto pero en los ratones con una dieta elevada en grasa se observó una disminución de la acumulación de grasa y de los defectos metabólicos asociados, sin afectar a la ingesta de alimentos.
También se observó un aumento en la sangre de una sustancia que asegura los niveles de glucosa en sangre son los adecuados y se fortaleció la barrera intestinal.
El siguiente paso será probar que el tratamiento con Akkermansia en humanos se igual de efectivo que en ratones. Con los resultados de este estudio todo apunta a que podríamos estar frente a un tratamiento probiótico muy prometedor frente a la obesidad.
Fuente: PNAS, AlphaGalileo