Empecemos por lo que ya sabíamos: los científicos descubrieron hace ya tiempo que un dolor nuevo (y mayor) era capaz de bloquear un dolor antiguo causado por un agente externo (contraestimulación heterotrópica nociva). Esta reacción del sistema nervioso (debida a bucles entre la médula espinal y el tronco cerebral) ocurre porque así el SN puede tratar con una potencial amenaza nueva descubierta a través de ese nuevo dolor (tiene una función adaptativa).
Hoy os contamos algo diferente pero muy asociado, se ha descubierto que intervienen otros circuitos como son el sistema límbico y el córtex cingulado anterior (estructuras implicadas en los procesos de aprendizaje). A partir de este conocimiento surgió el estudio que comentamos hoy. Este estudio pretendía averiguar cómo entrenar al cerebro para que un estimulo neutro induzca en nosotros una disminución del dolor en el momento que lo sentimos. Para ello se han basado en este descubrimiento ya demostrado de que el dolor disminuye el dolor.
El estudio
Llevado a cabo por la Universidad de Luxemburgo este estudio consistió en infligir un dolor en el pie no dominante de los 23 sujetos (una descarga eléctrica), se midió la intensidad del dolor que esto les causaba. Acto seguido se les pedía a los sujetos que insertaran la mano contralateral en un cubo de agua helada (este es el estimulo novedoso que produciría la reducción del primer dolor), mientras metían la mano en el cubo sonaba una llamada telefónica. Con varias repeticiones se observó que solo oyendo el tono de llamada (sin meter la mano en el cubo de agua helada) el dolor se reducía. Este proceso se llama Condicionamiento Clásico o Pavloviano (podéis obtener más información sobre él en dos artículos anteriores de Medciencia: Modificación de conducta I, Modificación de conducta II).
Para comprobar y contrarrestar las influencias de cada estimulo se realizaron diferentes experimentos en los que dos estímulos acústicos eran aparejados o no con la estimulación nociva (el agua fría).
Una vez condicionado el proceso, lo que ocurre es que se ha “adiestrado” al sistema nervioso para emitir la respuesta de bloqueo del dolor al sonar la llamada telefónica. Es un condicionamiento fisiológico, que requiere de esas repeticiones para entrenarse pues las conexiones neurales deben modificarse progresivamente para poder emitir tal respuesta ante un estimulo diferente al original (el agua) que si lo elicitaba por si solo automáticamente.
Las conclusiones
Los sujetos puntuaron su dolor como menor tras el proceso, además de emitir menos signos objetivos de dolor (como expresiones faciales tensas por ejemplo).
Este estudio, en efecto, demuestra que el aprendizaje y por lo tanto las áreas límbicas y cinguladas están implicadas en la respuesta de dolor y que el control del mismo depende de estas áreas.
Este logro va a permitir que evolucione mucho el campo del tratamiento del dolor en pacientes. Por ejemplo imaginad lo util que le sería a alguien con una enfermedad crónica poder controlar su dolor de una manera diferente a los fármacos (a los que muchos han desarrollado tolerancia o que tienen bajo efecto). Esta técnica no tiene efectos secundarios, no implica drogas y no es invasiva.
El estudio también postuló que probablemente el mismo proceso, pero de forma inversa, podría estar aplicándose en la intensificación y cronificación de algunos dolores.
Fuente: Science 2.0, Plos one, Universidad de Luxemburgo.