El agua se congela cuando alcanza los cero grados centígrados. El hielo, aunque beneficioso para algunas cosas como para conservar la comida o enfriarnos la bebida en verano, es bastante perjudicial en otras situaciones. La formación de hielo puede dañar desde coches hasta tejido humano, así que realmente sería beneficioso poder dominar este proceso de congelación.
Con este objetivo añadimos líquido anticongelante al coche, que no es agua sino otro compuesto químico que tiene un índice de congelación más bajo (se congela a temperaturas más frías).
Si lo que queremos es evitar la congelación del agua y que siga estando en forma líquida tendremos que añadirle alguna molécula biológica anticongelante. En la naturaleza existen estos anticongelantes naturales capaces de evitar la congelación de líquidos, por ejemplo en animales árticos que deben soportar bajas temperaturas sin que su organismo se congele.
Aunque desde hace años estén descubiertos diferentes anticongelantes, aún no se sabe exactamente cómo evitan la formación de hielo cuando la temperatura baja más de cero grados centígrados. Si supiéramos su funcionamiento podríamos desarrollar agentes químicos que lo imitasen.
Para investigarlo, un equipo de químicos liderado por Kent Kirshenbaum de la Universidad de Nueva York han creado versiones artificiales simplificadas de diferentes moléculas que en la naturaleza actúan evitando o retrasando el congelamiento. Sitúan estas moléculas en gotas de agua microscópicas y observan la formación de hielo grabando en video a través del microscopio y por análisis de rayos X. Con estos experimentos pretenden determinar que características químicas son las requeridas para que la molécula pueda ser utilizada como anticongelante.
De momento los resultados muestran que existen dos tipos de anticongelantes diferentes: aquellos que reducen la temperatura a la cual el hielo comienza a formarse, y aquellos que impiden la acumulación del hielo una vez formado y retrasan su crecimiento.
Los investigadores creen haber hallado una explicación al funcionamiento de este último tipo de anticongelantes, piensan que estas moléculas actúan como reguladores de la cristalización del hielo. El hielo está formado por moléculas de agua que se agrupan de una manera ordenada formando un cristal, y se piensa que las moléculas anticongelantes son capaces de unirse a la superficie del cristal de manera que consiguen inhibir el crecimiento del mismo y retrasar por tanto la congelación.
Ahora que entendemos un poco mejor como evitar o retrasar la congelación del agua podremos elaborar moléculas sintéticas que nos permitan disponer de agua líquida a temperaturas menores de cero grados centígrados, algo que podría ser útil en numerosos campos, desde la navegación aeroespacial hasta la conservación de alimentos.
Fuente | Science Daily