Las enfermedades mentales como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia siempre han dado verdaderos quebraderos de cabeza a la comunidad científica porque, a día de hoy, aún se desconocen las bases por las que se producen. De ahí que, por ejemplo, la evolución de una esquizofrenia sea devastadora.
A pesar de los avances científicos tan increíbles que se están produciendo en el campo de la medicina, parece ser que el cerebro todavía se nos resiste. Actualmente, la intrincada conexión de neuronas se escapa a nuestro entendimiento, por lo que hay muchas incógnitas sin resolver. Hace unas cuantas décadas, empezó a cobrar protagonismo unas células que se encargaban de cuidar a las neuronas, las células gliales. Entre éstas, cabe destacar unas con forma estrellada que se denominan astrocitos.
Hasta hace poco, se creía que la única función de estas células consistía en proporcionar nutrientes a las neuronas para que pudieran realizar su compleja actividad. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando se observó que los astrocitos también participaban en la transmisión del impulso nervioso mediante la modulación de las moléculas que se liberan en la sinapsis (una zona especializada por donde se comunican las neuronas).
Se desconocía por completo esta última función de los astrocitos, lo que originó interesantes vías de investigación. En los últimos años, se empezó a especular que los astrocitos podrían estar implicados de algún modo en las enfermedades mentales, aunque tan solo eran meras suposiciones.
Los astrocitos, ¿responsables de las enfermedades mentales?
Ahora, investigadores portugueses de la Universidad de Minho han analizado la relación existente entre los astrocitos y las enfermedades mentales en un estudio cuyos resultados han sido publicados este mes en la revista Molecular Psychiatry.
Para llevar a cabo el experimento, inyectaron en las ratas una toxina capaz de matar específicamente a los astrocitos localizados en la corteza prefrontal, la parte más anterior del cerebro. ¿Y por qué este lugar en concreto? Porque aquí residen capacidades tan complejas como el razonamiento, la solución de problemas o la planificación del futuro. Por ello, alteraciones en esta región conllevan importantes defectos en la función cerebral, que es donde azotan enfermedades mentales como el Alzheimer.
Tras esperar a que la toxina ejerciera su efecto, los investigadores comprobaron que, a medida que morían los astrocitos de la corteza prefrontal, las ratas empezaron a padecer enfermedades mentales. Lo realmente interesante fue observar que las neuronas también murieron en el experimento. Obviamente, las ratas que formaron el grupo control no mostraron ningún cambio en el comportamiento ni en la estructura cerebral.
“Este estudio apoya el punto de vista de que los astrocitos, cuando son diana en un proceso patológico, pueden realmente causar neurodegeneración en una región específica del cerebro. ¡La enfermedad psiquiátrica puede ser imitada con tan solo afectando a los astrocitos!”, explica uno de los autores del estudio, João Filipe Oliveira.
De esta manera, los investigadores portugueses han ofrecido importantes resultados de que la muerte de los astrocitos pueden ser la causa principal del origen de ciertas enfermedades mentales, sentando así unas bases rígidas para continuar estudiando esta vía.
Esto, además, es una perspectiva totalmente nueva sobre cómo se desarrollan estas enfermedades y, por tanto, cómo hay que tratarlas. La depresión, la esquizofrenia y los trastornos bipolares son las enfermedades que más se podrían beneficiar de este descubrimiento en el futuro.
Fuente: Science 2.0