Los delfines son animales que nunca dejarán de sorprendernos. Poseen una gran inteligencia y el último descubrimiento nos ha dejado boquiabiertos, o al menos a mí. Un estudio realizado por la Universidad de St. Andrews en Escocia ha demostrado que los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), que es la especie que podemos ver en los zoológicos, se dirigen entre ellos por su nombre. Los resultados han sido publicados en la revista PNAS.
No sólo nosotros tenemos nombre y apellidos
La especie de delfín con la que han trabajado es el delfín nariz de botella o delfín mular. Dentro del grupo de los delfínidos es la especie más común y más conocida, en parte porque es con la que se trabaja en cautiverio. Lo podemos encontrar en las aguas de los mares y océanos de todo el mundo a excepción del Ártico y el Antártico y si habéis tenido suerte es probable que los hayáis visto nadando en mar abierto junto a los barcos.
A principios de año el mismo grupo de investigación publicó que los delfines eran capaces de copiar los silbidos que emitían los miembros de la manada y en este nuevo trabajo se ha estudiado si los animales respondían al escuchar esas copias de sus propios silbidos, lo que demostraría que los delfines tienen la capacidad de dirigirse unos a otros por su nombre y, efectivamente, así ha sido.
Para lograr su hallazgo, los investigadores trabajaron con los delfines durante 9 años y han descubierto que dentro de una misma manada cada delfín emite un silbido que es su seña de identidad y los demás copian ese sonido específico y lo utilizan para llamarse e intercambiar información.
Lo que hicieron fue grabar los silbidos de los delfines mulares salvajes a lo largo de la costa este de Escocia. Posteriormente reprodujeron esas grabaciones a los delfines y cada delfín reaccionó únicamente cuando escuchaba la versión grabada de su silbido.
Las palabras de la investigadora principal, Stephanie King, lo resumen a la perfección:
“El estudio nos ha permitido confirmar que los delfines usan sus silbidos para dirigirse unos a otros y que estos sonidos funcionan como los nombres en las sociedades humanas. Ahora entendemos cómo utilizan su silbido de identidad, el siguiente paso será estudiar la función que tienen otros silbidos para avanzar aún más en su sistema de comunicación”
Fuente: SINC