Nuestro intestino tiene por inquilinos a un grupo de microorganismos que supera en número el trillón de copias, entre los cuales existen un grupo de especies que parecen jugar un papel fundamental en los procesos vitales.
A mediados del año 2000, Harry Sokol, un gastroenterólogo del Saint Antoine Hospital en Paris, encontró que tras analizar los tejidos de pacientes con la enfermedad de Crohn (enfermedad conocida por causar inflamación en el intestino), se observaba que existía una disminución en el número de Faecalibacterium prausnitzii, una bacteria relacionada con efectos beneficiosos.
F. prausnitzii, la bacteria en nuestro intestino que protege de la inflamación
Tras realizar pruebas en ratones, se demostró experimentalmente que esta bacteria protegía frente a la inflamación inducida. Pero los resultados no se quedaron ahí; se probó mezclando esta bacteria con células del sistema inmune humanas y se encontró que la respuesta inflamatoria era mucho mayor. Después de una serie de ensayos, Sokol determinó que efectivamente, la actividad de esta bacteria es positiva para nuestra salud y que su número es determinante para presentar la misma.
Diferentes grupos de investigadores por todo el mundo han identificado un nuevo grupo de bacterias que parecen ser clave para la salud intestinal y el control del sistema inmune. Estos organismos pertenecen al orden bacteriano Clostridial, entre los que encontramos al archiconocido Clostridium difficile, famoso por amenazar la salud de muchos pacientes de hospitales llegando a causar al muerte por diarrea.
A diferencia del C. difficile, este grupo de Clostridiales matienen la salud del intestino, y ayudan a mantener la estabilidad del sistema inmune. Curiosamente en este grupo se incluye la bacteria F. prausnitzii, que fue la primera en ser identificada. Investigadores en Japón y la India comenzaron a analizar muestras de pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales, y lo que descubrieron que pese a existir variaciones genéticas entre ambas poblaciones que pudiesen influir en la inflamación, era mayoritariamente causada por la disminución de este grupo bacteriano.
La importancia de la fibra
Uno de los descubrimientos más sorprendentes en lo relativo a la flora intestinal es como el número de microorganismos en el intestino de las personas que viven en Norte América difiere de aquellos que viven en ambientes rurales en África y Sur América.
La flora intestinal en los habitantes de Norte America está diseñada para digerir proteínas, azúcares y grasas, mientras que las de las zonas rurales de África está especializada en digerir la fibra alimenticia. Lo más curioso es que las bacterias que generalmente muestran la respuesta antiinflamatoria son aquellas capaces de digerir la fibra. Esto se debe a que la fermentación produce una serie de metabolitos, llamados ácidos de cadena corta, que pueden contribuir a la prevención de las enfermedades inflamatorias.
Aunque no estemos a tiempo de modificar el diseño de nuestra flora intestinal, si lo estamos de adquirir unos hábitos alimenticios más saludables, de tal forma que reduzcamos el impacto de nuestra alimentación en las bacterias de nuestro intestino y con ello prever las diferentes enfermedades relacionadas con la inflamación y nuestro sistema inmune.
Fuente | Nature