No es la primera vez que hablamos sobre el externo debate, aún demasiado mitificado: ¿El experto nace, o se hace? En su momento ya os advertimos, gracias a un metaanálisis, que la práctica no hace maestros. Es decir, que por mucho practicar nadie podía realmente acabar siendo experto en algo, pues había muchos otros factores a tener en cuenta. Sin embargo, en aquella ocasión solo se tuvieron en cuenta jugadores de ajedrez y músicos, y se llegó a afirmar que la práctica representaba “solo” el 33% del todo en un experto. Pues, ¡Sorpresa!, resulta que la práctica podría representar incluso un porcentaje menor, bastante menor.
El mito de las 10.000 horas de práctica no es real, ni de lejos
Como ya os comentamos en aquella ocasión, el mito psicológico que aún prevalece hasta nuestros tiempos es que con 10.000 horas de práctica (alrededor de 10 años), un individuo ya se convierte en experto en una materia. Evidentemente esto no es cierto, aunque el sentido común no nos deje aceptar la realidad y necesitemos echar mano de estudios como el que os presentamos hoy.
La investigación, a cargo de Brooke Macnamara y sus colegas, de la Universidad de Princeton y publicado en Psychological Science, consistió en examinar hasta 88 estudios de práctica y rendimiento en diferentes ámbitos como la educación, profesiones, deportes, juegos y música. En todos los estudios se incluyeron personas que practicaban nuevas habilidades, cuanto tiempo les dedicaban a estas, y lo bien que les había ido dicha práctica.
La práctica es necesaria, pero cuenta mucho menos de lo que imaginas
Uno de los resultados del estudio era evidente: La práctica importa; sin ella la gente en general no obtiene buenos resultados. Por otra parte, y para sorpresa de los investigadores, no cuenta tanto como cabría imaginar. Resultó que la práctica solo representaba un 12% de media de las diferencias individuales de rendimiento entre los individuos en las diferentes áreas, ¡una décima parte del total!
Para que os hagáis una idea, según el ámbito que tengamos en cuenta, la práctica representa un porcentaje u otro. Veamos:
- Juegos: La práctica representa un 25%.
- Deportes: La práctica representa un 18%.
- Educación: La práctica representa un 4%.
- Desempeño profesional: La práctica representa un 1%.
Como veis, el hecho de practicar 10.000 horas no modifica demasiado el resultado (y lo que es peor, precisamente a nivel profesional apenas significa un 1% del desempeño total). Por tanto, sobresalir en algo no es cosa de práctica, pues se puede trabajar muy duro y no destacar.
Eso sí, también se investigó qué otros factores eran importantes, y algunos de ellos se descubrieron:
- Lo temprano que se empiece a practicar algo.
- La inteligencia.
- La personalidad.
- La capacidad de memoria.
Así pues, podemos afirmar que el típico eslogan de “cualquiera, con el esfuerzo suficiente, puede lograr lo que quiera” no es verdad, tan solo es una frase fácil y populista. La práctica es importante para ser perfecto, sí, pero por mucho practicar no será suficiente si no poseemos otras características a tener en cuenta como las anteriormente mencionadas.
Vía | Psychological Science.