Hoy, 14 de noviembre, es el Día Mundial de la Diabetes, y por ello queremos tocar un tema que tal vez sea desconocido para mucha gente: la relación que existe entre la higiene bucal y la diabetes.
En una entrada anterior explicamos cómo nuestra higiene bucal puede afectar al riesgo de padecer un infarto cerebral o ictus. Con ello queremos destacar que mantener una boca limpia y sana no solo supone una boca bonita, sino que también mantiene una estrecha relación con la salud de otras partes del cuerpo que a priori nos pueden parecer que no tienen conexión alguna.
Esta vez nos vamos a centrar en la repercusión que tiene nuestra salud bucodental en el control de la diabetes. Cabe destacar que la relación entre ambos es bidireccional; con esto quiero decir que la diabetes puede empeorar nuestra salud bucodental, y ésta, a su vez, descontrolar los niveles de glucosa en sangre.
Las enfermedades periodontales, que pueden causar en último término la pérdida dentaria, dificultan el seguimiento de una dieta saludable y equilibrada. Recordemos que una de las medidas más eficaces para controlar la diabetes es seguir, precisamente, una buena dieta. Por ello, una mala higiene bucal, que predisponga al desarrollo de enfermedades periodontales, puede descontrolar la diabetes.
Además, como ya comentaba anteriormente, la diabetes por sí sola es capaz de aumentar el riesgo de padecer enfermedades periodontales. De hecho, el riesgo de contraer estas enfermedades en personas diabéticas es tres veces más alto que en las personas no diabéticas, una diferencia bastante abrumadora.
Esto se debe fundamentalmente a que las personas con diabetes presentan un alto nivel de glucosa en la saliva. Como bien sabemos, la saliva es un fluido que está constantemente en contacto con los dientes y las encías. Una concentración de glucosa alta favorece la creación de capa bacteriana que termina por atacar a los dientes y encías.
Como consecuencia, en las personas diabéticas pueden aparecer fácilmente los siguientes problemas: encías enrojecidas, doloridas, hinchadas, sangrantes o separadas de los dientes, el mal aliento y los cambios en la mordida e hipersensibilidad en los dientes o aflojamiento de los mismos.
¿Cuáles son las recomendaciones para las personas con diabetes?
Como no puede ser de otra manera, es fundamental mantener una buena higiene bucodental, por lo que hay que cepillarse los dientes después de cada comida, así como utilizar hilo dental.
También es importante beber agua durante todo el día, ya que esta medida tan simple dificulta la formación de la capa de placa bacteriana. Asimismo, hay que visitar periódicamente al dentista, al menos cada seis meses, para prevenir y detectar posibles problemas a tiempo.
En definitiva, recuerda que tener una boca sana puede ser un método muy eficaz para combatir la diabetes. Como ya decía antes, aunque no lo parezca, la insalubridad de nuestra boca puede afectar a la salud de nuestro cuerpo en general.
Fuente: Nota de prensa