Todos sabemos de sobra que el cáncer de pulmón está íntimamente ligado al consumo de tabaco. Y también sabemos que dicho consumo tiene otras graves consecuencias como diferentes cánceres más (laringe, faringe, boca, vesícula urinaria, mama…), problemas cardiovasculares (incluso llegando al infarto) e incluso causando la disminución del HDL o “colesterol bueno” como ya os comentó mi compañero Carlos. En definitiva, que si desaparece casi que mejor, ¿no?
Pues si, eso mismo es lo que opina Rafael Rosell, jefe del Instituto Oncológico Doctor Rosell del Hospital Universitario Quirón Dexeus (Barcelona), el mismo autor de la frase que encabeza este artículo. Y no le falta razón, pues de los 4 tipos de cáncer de pulmón que existen tan solo uno de ellos no es causado por el tabaco, y por supuesto los otros 3 respresentan un amplio porcentaje en comparación.
Su frase viene con el motivo de que hoy, 31 de mayo, se celebra el Día Mundial Sin Tabaco. Por ello el Dr. Rosell nos recuerda que los fumadores tienen hasta 20 veces más riesgo de padecer cáncer de pulmón que los no fumadores, una brutalidad en toda regla.
Pero por desgracia, el cáncer no es la única enfermedad de pulmón asociada al consumo de tabaco. Así lo comenta por su parte el Dr. José María Ignacio, neumólogo de Quirón Marbella. Entre otros graves efectos del tabaco sobre el pulmón están enfermedades completamente irreversibles como el enfisema (destruye los alvéolos pulmonares de forma lenta pero irremediable) o la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Respecto a esta última, su incidencia es cuatro veces mayor en fumadores mayores de 40 años respecto al resto de la población. Y ya si hablamos de la terrible asociación tabaco – alcohol, la cosa se pone todavía más fea, como comenta por su parte el Dr. Miguel Beltrán, jefe de Odontología de Quirón Valencia:
“El tabaco, sobre todo si se asocia con el alcohol, aumenta las posibilidades de sufrir cáncer de boca. No tan grave, pero sí más frecuente, es la enfermedad periodontal, un problema crónico para el que el tabaco supone un acelerador notable en su progresión y lleva camino de ser el problema bucodental de mayor prevalencia entre los adultos del siglo XXI”
Pero ahí no acaban los problemas, aún hay más. Diversos estudios han asociado el consumo de tabaco con una disminución de la fertilidad (tanto masculina como femenina) y aumenta la probabilidad de malformaciones fetales en aquellos recién nacidos de madres fumadoras. Esta probabilidad es directamente proporcional al número de cigarrillos consumidos.
Finalmente, es importante recordar que el “humo de segunda mano” también tiene sus consecuencias. Es decir, los fumadores pasivos pueden sufrir las consecuencias del humo que les rodea, incrementando su riesgo de padecer cáncer de pulmón, mama o riñón hasta en un 30%. Así nos lo recuerda Guillermo López Vivanco, jefe de servicio de Oncología de Quirón Vizcaya:
“No hay que olvidar que las partículas de humo pueden permanecer, sin evaporarse, hasta dos horas y media más tarde, viajar según los designios del viento y esperar a ser inhaladas por una víctima anónima. Con el paso de los años, se ha incrementado proporcionalmente el número y la gravedad de las patologías relacionadas con el tabaco, tanto en fumadores activos como en fumadores pasivos, originando un coste sanitario desorbitado”
No creo que haga falta añadirlo, pero hoy es un día especial e importante para decir esto: FUMAR MATA, LO MEJOR ES NO EMPEZAR NUNCA.
Vía | EuropaPress.