Dos nuevas especies de orquídeas encontradas en Cuba – Medciencia

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¿A quién no le gustan las orquídeas? Son plantas con flores únicas, de colores muy llamativos y un reclamo muy utilizado en ornamentación. De hecho, son mis plantas preferidas. El descubrimiento ha sido realizado por un equipo de la Universidad de Vigo en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, en Cuba. Ambos hallazgos han sido publicados en Systematic Botany y Annales Botanici Fennici.

Encyclia navarroi y Tetramicra riparia se suman a la lista

La primera, de flores considerablemente grandes y protagonista de la imagen de portada, y la segunda, de flores muy pequeñas, ya forman parte oficialmente de esta gran familia de plantas. Las Orquídeas forman una familia de plantas que cuentan con entre 25.000 y 30.000 especies distintas. A eso hay que añadirle los casi 60.000 híbridos y variedades que los horticultores crean en sus viveros. Es un grupo muy diverso en el que podemos encontrar flores de pocos milímetros a casi 80 cm de longitud. Su distribución es cosmopolita, aunque son mucho más abundantes en las zonas tropicales, y la importancia económica es muy alta, ya sea por razones ornamentales como alimentarias (la vainilla forma parte de este grupo).

Sin embargo, los mecanismos por los que existen tantas especies de orquídeas en el mundo aún están por descubrirse. Según nos cuenta Ángel Vale, coautor de los trabajos:

“Destaca su extraordinaria capacidad para interaccionar con distintos tipos de polinizadores. A diferencia de la mayoría de las plantas, muchas orquídeas no producen néctar u otras sustancias que sirven de recompensa para los insectos y aves que las visitan”

En general, para que las plantas puedan reproducirse a través de insectos, aves o cualquier otro animal, las plantas deben ofrecer una recompensa para que los animales vayan a sus flores. Este no es el caso de muchas orquídeas, que engañan literalmente a sus polinizadores, que simplemente se ven atraídos por el colorido y las formas de sus flores y no reciben ninguna recompensa por su visita.

Actualmente, el grupo de investigación de Ecología y Evolución de Plantas de la Universidad de Vigo, al que pertenece Vale, trata de averiguar si la población de orquídeas que utilizan el método de polinización por engaño en las Pequeñas Antillas es mayor que la de orquídeas que ofrecen recompensa a sus polinizadores. También estudian la historia evolutiva de este grupo, analizan el efecto de los polinizadores en el éxito reproductivo de las plantas y cómo esta interacción ha hecho posible las llamativas formas que presentan las orquídeas caribeñas.

Un poquito de historia sobre las Orquídeas

Como dato curioso sobre su nombre, la palabra orquídea ya aparece en manuscritos de Teofrasto, datando del año 375 a. de C., y viene del griego orchis, que significa testículo. La razón de ponerle este nombre es por la forma que tienen sus tubérculos, que se asemejan a los testículos de los animales. Como no, al tener esta forma, se pensaba que las orquídeas tenían poderes afrodisíacos. En la antigüedad, era muy común bautizar a los animales y a las plantas por la forma que tuvieran o por las propiedades que se le atribuyesen.

La fiebre por las orquídeas empieza en el siglo XVIII, cuando floreció la primera orquídea procedente del Nuevo Mundo en la colección del almirante inglés Charles Wager. A partir de ahí, toda persona de clase acomodada quiso tener orquídeas, lo que provocó que muchos de los recolectores europeos que iban a América pusieran en peligro de extinción a muchas especies. Parece que la “lógica” humana ya viene desde la antigüedad.

Desde ese momento hasta nuestros días, las orquídeas son muy valoradas como elementos ornamentales, sin olvidar que integrantes de esta familia, como la vainilla, suponen una gran importancia alimentaria. La posesión de un jardín único implica muchas veces el tener especies únicas de orquídeas.

 

Fuente: SINC

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