Si el consumo de edulcorantes no calóricos, así como el de bebidas endulzadas con estos mismos pueden ser un saludable opción frente a las versiones azucaradas ha sido debatido en gran cantidad de veces. Y justo ahora, para echar más leña al fuego, se afirma que la utilización de los edulcorantes no calóricos “se asocia con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares” según un artículo publicado recientemente en Trends in Endocrinology & Metabolism.
Y aunque tras leer tales afirmaciones, seguramente te queden pocas ganas de seguir utilizando los edulcorantes no calóricos como la sacarina, hay que remarcar que el escrito publicado se trata de un artículo de opinión. Por ello no es de extrañar que escasas horas después de su publicación ya hayan llovido numerosas críticas y réplicas al mismo.
Por un lado, (al igual que nosotros os contábamos aquí) el artículo de opinión escrito por Susan E. Swithers, remarca que ciertos estudios observacionales han encontrado que el consumo de bebidas endulzadas artificialmente pueden asociarse con mayor riesgo de obesidad, de diabetes de tipo 2, de síndrome metabólico, así como las enfermedades cardiovasculares. Por ello, la autora propone que se “eviten lanzar mensajes de salud pública en el que se ofrezcan los edulcorante no calóricos como alternativa para limitar el consumo de azúcares”.
Sin embargo, por otra parte, autores con intereses opuestos, como es el caso del Dr. Haley Curtis Stevens, perteneciente al Calorie Control Council (una asociación internacional que representa, entre otros,a fabricantes y proveedores de edulcorantes alternativos al azúcar) afirman que el artículo de opinión escrito por Susan sólo cuenta un lado de la historia. Se asegura que el artículo de opinión cuenta con “grandes defectos y limitaciones” como el hecho de ignorar aquella literatura científica que no apoya su posicionamiento o que los estudios citados en el mismo eran pobres, con un diseño muy débil e incluso algunos realizados en roedores.
Y ante estos posicionamientos con intereses enfrentados, nos encontramos en la misma encrucijada de siempre. ¿Quién lleva razón? ¿A quién hago caso?.
Pues, personalmente, pienso firmemente que antes que tomar una bebida azucarada, es mejor tomarla light. Pero también pienso que aunque todos los edulcorantes aprobados y utilizados actualmente han sido ámpliamente estudiados, llegar a conclusiones sobre sus repercusiones directas en la salud humana no es tarea fácil. Por ello creo que la recomendación más sensata que puede hacerse acerca de los edulcorantes es la de tomarlos preferentemente antes que las versiones azucaradas pero siempre de forma moderada y ocasional y nunca diariamente por el hecho de pensar “total, no engordan“. Y es que, como en muchas partes de la vida, pero especialmente cuando hablamos de nutrición, ningún extremo es bueno. Y abusar de cualquier producto/alimento, por saludable que parezca, seguramente nos aporte más inconvenientes que beneficios.
Fuentes| EurekAlert!/ The Wall Street Journal
Imagen|Entremujeres / Muscleblog