Hoy os voy a hablar de este efecto que muchos creen que es raro, increíble o extraño, pero realmente es algo estudiado e investigado.
Nunca habéis escuchado eso de “¿No notas que cada vez el tiempo pasa más deprisa?” y siempre sueles responder: “Sí, es verdad, cuando yo era pequeño el día duraba muchísimo…” Bueno pues, realmente esto es más o menos cierto y se llama Efecto Reminiscencia.
Parece ser que para nuestra memoria el tiempo no es constante, sino que se expande y se contrae y los recuerdos acaban concentrados en períodos concretos. Es una pequeña trampa de la memoria que provoca que la mayoría de los recuerdos se acumulen en relación a la época donde los individuos tenemos 20 años (digamos de los 20 a los 30, la mejor década de la vida como se suele decir, espero que sea verdad porque la acabo de empezar).
Este fenómeno es consecuencia de la edad, no cabe decir que los adultos estamos cada vez más estresados y vivimos la vida cada vez más rápido, casi sin tiempo, siempre ocupados con una u otra cosa. Pero todos percibimos el tiempo según vivencias individuales, acelerándolo o ralentizándolo de manera totalmente subjetiva.
Por ejemplo, es normal que en los momentos de mayor felicidad, alegría y donde nos encontramos más a gusto notamos que el tiempo dura apenas un suspiro, pero en los momentos más duros (recordemos las épocas de exámenes) creemos que son interminables y que nunca veremos el final.
Todo esto sucede porque el cerebro mide los períodos de tiempo mediante impulsos eléctricos que controlan la percepción del mundo. Así mismo, nuestra vivencia del tiempo puede ser de 3 formas diferentes:
- Lento e interminable: Cuando nos encontramos pasando una mala racha o situación incómoda.
- Simultaneo: El tiempo pasa igual que marca el reloj.
- Muy rápido, fugaz: Todo pasa muy rápido, cuando estamos disfrutando o con mayor dosis de felicidad y alegría.
Hace varios años se hizo una encuesta a 1.400 americanos mayores de edad sobre qué momento histórico en su vida consideraban más destacable. Sorprendentemente, la gran mayoría de ellos contestaron que el hecho destacado había sucedido cuando tenían más o menos 20 años.
Así que, la próxima vez que os pregunten sobre la capacidad fugaz del tiempo, ya podéis responder: “Eso es el efecto reminiscencia, donde tu cerebro concentra las emociones alrededor de los 20 años y te hace seguir teniendo momentos de felicidad en tu mente cuando ya llegas a los 50…”