A la gente le fascinan los sucesos inexplicables. Probablemente sea debido a que nos permiten echar a volar nuestra imaginación y escapar de nuestra aburrida realidad. La gente prefiere pensar en la existencia de fantasmas, casas encantadas, abducciones alienígenas y poderes mentales. Normalmente estos casos tienen una explicación racional detrás, y a veces esta puede ser incluso más espectacular. En este artículo hablaremos de uno de estos casos: los incendios espontáneos del distrito financiero de Londres.
En este distrito tienen un problema con la temperatura. Los dependientes de las tiendas ven como arden de repente las moquetas del suelo o se derriten los letreros de plástico. Más de un incauto ha aparcado el coche en la calle para comprobar después de una hora que los neumáticos se han pinchado y derretido. Incluso es posible ver como el vidrio de los escaparates se reblandece y se deforma. Este fenómeno sucede durante todo el año, y eso que Londres no es precisamente conocida por su clima soleado (aunque esto pueda cambiar por el cambio climático). Por ese motivo hasta hace poco nadie lograba explicar estas repentinas subidas de temperatura en un único barrio de la ciudad, pero recientemente un grupo de físicos ha podido desvelar el misterio: la culpa de todo esto es de un rascacielos y de Rafael Viñoly, arquitecto uruguayo recientemente conocido por fabricar rascacielos capaces de provocar incendios a su alrededor.
El rascacielos culpable de estos aumentos repentinos de temperatura está situado en la calle Fenchurch, número 20. Este edificio de 38 plantas es apodado como “El walkie talkie” debido a su peculiar forma redondeada. El problema es que la forma cóncava de los cristales de la fachada actúa como una lupa, concentrando la luz en un solo punto situado en el barrio de los incendios. Así, cada vez que hace sol y es la hora adecuada, la luz del sol se refleja en el edificio y se concentra lo suficiente como para aumentar la temperatura y derretir un coche.
Lo más curioso es que esta forma de lupa es la firma característica de este arquitecto y no es la primera vez que crea un edificio peligroso accidentalmente. El hotel Vdara en las Vegas ha sido diseñado por él usando formas cóncavas y se ha registrado una mayor temperatura del agua de la piscina y varios casos de quemaduras graves entre los residentes del hotel. El hotel pudo solucionar el problema con toldos y sombrillas, pero el rascacielos de Londres es más grande. Ahora mismo se está buscando alguna solución que no cueste mucho dinero.
No siempre se produce este fenómeno en edificios de forma accidental, a veces es el efecto deseado. Este mismo sistema de concentración lumínica se ha usado en plantas dedicadas a la producción de energía solar. Usando lentes cóncavas y concentrando el haz de luz encima de la placa solar podemos aumentar el rendimiento de esta y producir más electricidad. Actualmente existen tres centrales de energía solar que utilizan esta técnica, una de ellas en España. También se ha planteado la posibilidad de diseñar rascacielos que concentren la luz en placas solares de la ciudad, permitiendo que la ciudad pueda autoabastecer su propia energía eléctrica limpia.
La moraleja está clara: si eres arquitecto no solo vale que el edificio que diseñes se mantenga en pie, también tiene importancia que no diseñes accidentalmente una lupa gigante que queme a tus vecinos. Como puedes ver, a veces la realidad supera a la ficción.
Fuente e imágenes | Live Science