En anteriores ocasiones, hemos hablado en Medciencia sobre algunos aspectos de la vitamina D. Por ejemplo, en una entrada anterior comentamos los 5 mitos sobre la vitamina D que deberías dejar de creer. El déficit de vitamina D es un trastorno bastante frecuente en la población. De hecho, la población española tiene ingestas deficitarias de vitamina D, de ahí que con frecuencia se detecten niveles bajos de vitamina D en los pacientes cuando se realizan una analítica.
La deficiencia de vitamina D puede alterar el metabolismo normal del hueso, lo que puede conducir a enfermedades como el raquitismo (en niños), la osteomalacia (en adultos) e incluso la osteoporosis. Esta vitamina es bastante famosa por el hecho de que la exposición solar está relacionada con su síntesis; por ello, en invierno suelen descender aún más los niveles de vitamina D.
En algunos casos, se recomienda consumir suplementos de esta vitamina para evitar complicaciones, aunque también hay que destacar que en el mercado existen algunos alimentos fortificados en vitamina D que pueden ayudar a alcanzar la ingesta diaria recomendada. ¡Ojo!, este es uno de los pocos casos en los que se puede recomendar el consumo de suplementos; no se debe malinterpretar este mensaje y creer que los suplementos son esenciales para una buena salud como suelen publicitar los fraudulentos anuncios de televisión.
Entre los diferentes trastornos con los que se puede asociar el déficit de vitamina D, un equipo de investigadores ha descubierto una curiosa relación cuyo estudio se ha sido publicado en la revista científica JAMA Neurology.
La demencia se relacionó con niveles bajos de vitamina D
En el estudio participaron un total de 382 personas heterogéneas tanto en etnia como en género, con una edad media de 75,5 años. Se les realizaron extracciones sanguíneas para analizar los niveles de vitamina D, en concreto de 25-hidroxicolecalciferol (calcidiol), para compararlos después con funciones cognitivas como la percepción visual, la memoria, etc. Éstas se evaluaron mediante una serie de pruebas que se llevaron a cabo de manera periódica durante un periodo de 5 años.
Los resultados demostraron que el grupo de participantes con demencia presentaban los niveles más bajos de vitamina D; asimismo, aquellos con un déficit de vitamina D puntuaron peor en las pruebas cognitivas.
“La insuficiencia de vitamina D se asoció de manera significativa a rápidas disminuciones de la memoria episódica y del rendimiento de la función ejecutiva, que pueden corresponderse con un riesgo elevado de padecer demencias de tipo Alzheimer”, explicó el equipo.
Los afroamericanos y los hispanos, el grupo con menores niveles de vitamina D
Los autores del estudio detectaron que los participantes afroamericanos e hispanos fueron los que tenían menores cantidades de vitamina D. Es posible que en este grupo de personas sea muy importante controlar los niveles de vitamina D con el objetivo de evitar el deterioro cognitivo típico de las demencias. Por ello, los investigadores invitan a que se hagan ensayos clínicos relacionados con este tema.
Por otro lado, el equipo destaca que por ahora no existe evidencia científica que apoye la administración de suplementos de vitamina D para reducir el progreso del deterioro cognitivo.
Fuente: JAMA Neurology