Recientes estudios realizados por el Department of Veterans Affairs de Boston comunicaron que los jugadores de fútbol americano profesionales tenían mayor riesgo de padecer encefalopatía traumática crónica (ETC), una patología degenerativa causada por repetitivos impactos en la cabeza. Otras investigaciones ya habían arrojado cifras alarmantes respecto a la estrecha relación entre daño cerebral y el deporte profesional de contacto. La semana pasada, un nuevo estudio científico realizado por la Mayo Clinic de Florida ha revelado que una cantidad importante de hombres que habían participado en deportes de contacto amateur durante su juventud también presentaban signos de ETC.
La encefalopatía traumática crónica se caracteriza por una pérdida gradual de las funciones cognitivas superiores como son la memoria, la atención, la orientación visoespacial, entre otras. La causa principal de ETC es la sucesión repetida de contusiones en el cráneo, a menudo asintomáticas, que producen microlesiones en el tejido cerebral. Aunque los centros médicos y científicos se esfuerzan por mejorar el diagnóstico y detección precoz de esta patología, actualmente la ETC se confirma mediante autopsia. El estudio de la Mayo Clinic detectó ETC en un sorprendente 32% de individuos, todos hombres, que habían practicado deportes de contacto durante su juventud. Los deportes destacados son el fútbol americano, el boxeo, la lucha libre, el rugby, el baloncesto y el baseball, entre otros. Según Kevin Bieniek, estudiante doctorando de la clínica, una prevalencia de ETC de 1:3 en deportistas de contacto es muy alta respecto a la población normal.
Prevención y detección de ETC en el deporte
La intención de este tipo de estudios no es la de disuadir a niños y adultos de participar en deportes de contacto, dado que los beneficios físicos y mentales son numerosos. Más bien al contrario. Los científicos buscan generar conciencia de la importancia de proteger la cabeza durante la práctica deportiva y hacer énfasis en establecer modificaciones en los distintos reglamentos federativos para que estos deportes sean más seguros.
A través de la comparación de cerebros sanos con cerebros con ETC, se identificaron dos posibles marcadores biológicos que podrían ayudar a dictaminar el riesgo de desarrollar dicha patología. La Mayo Clinic tiene intención de continuar estudiando los cerebros dentro de su muestra, incluidos aquellos cerebros de personas mayores con enfermedades como el Alzheimer o Parkinson, ya que con frecuencia la ETC es comórbida con otras patologías neurodegenerativas.
Una cuestión de pros y contras
Los beneficios de la práctica deportiva son cuantiosos y diversos. El riesgo de lesión, incluida la pérdida de capacidad cognitiva, es uno de esos precios que a veces hay que pagar por tantos momentos de adrenalina y satisfacción. Personalmente, como psicólogo y también como jugador del Shamrock Rugby Club, creo que es importante extremar precauciones en deportes de contacto pero sin sembrar el pánico. La utilización de protecciones para jugadores (cascos) y en el terreno de juego (cubre postes) correctamente homologadas por las entidades deportivas y el énfasis en la seguridad por parte de árbitros y comités de disciplina son algunas de las medidas que actualmente se ponen en práctica en este tipo de deportes. Como ejemplo, en el rugby las indicaciones de la melé o scrum están bajo constante revisión con el fin de minimizar el número de lesiones.
En definitiva, aunque es cierto que existe un riesgo más elevado de lesiones en deportes de contacto, cada persona tiene que hacer balance de lo que le aporta la práctica deportiva y las posibles lesiones que ello conlleva. En mi caso, mis compañeros y los valores que este deporte representan le ganan a unos cuantos golpes de vez en cuando.
Fuente: Science Daily, ESPN, Encefalopatia.net