El “Gran Hermano” del crecimiento bacteriano

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Aprovechando que ya ha vuelto la fiebre de este conocido “reality”, así se ha titulado un nuevo hallazgo en el que ha participado el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, que pertenece al CSIC, junto con otros centros de investigación. La metodología desarrollada permite registrar todo el proceso de crecimiento de la pared celular bacteriana, un nuevo método que puede suponer una gran mejora para explorar el crecimiento bacteriano y así poder hacer mejoras en el campo de los antibióticos. El estudio se publica en la revista Angewandte Chemie.

Importancia de la pared celular bacteriana

Para las bacterias, el hecho de poseer una pared celular es sumamente importante pero no tanto para nosotros, ya que es uno de los puntos fuertes de estos organismos cuando se trata de luchar contra ellos. Es una capa externa, de diferentes grosores dependiendo de la especie, que cumple las siguientes funciones:

  1. Evitar que estallen (lisis celular). El interior de una bacteria está repleto de solutos disueltos, originando una presión osmótica muy elevada. En el caso de E. coli, esta presión es nada y nada menos que de 2 atmósferas, que es la misma presión que sufrimos nosotros cuando nos sumergimos a 10 metros de profundidad.
  2. Dar forma y rigidez. Mantiene a las bacterias turgentes y con su forma adecuada.
  3. Resistencia. Esta característica es gracias a su componente principal, el peptidoglicano. Dependiendo de la especie, aparece en mayor o menor cantidad.

Por estas razones, resulta una ventaja que las bacterias la posean y, de hecho, es un punto clave de ataque de los antibióticos. Por ejemplo, el último paso de formación del peptidoglicano (llamado transpeptidación) es el momento en el que actúa la penicilina. Lo que hace es inhibir este proceso, haciendo que comienza la lisis celular y, finalmente, destruyendo a la bacteria.

¿Cómo han conseguido visualizar este crecimiento?

El peptidoglicano del que hablábamos más arriba está compuesto por largas cadenas de aminoácidos que se van entrelazando hasta formar la estructura. El método consiste en agregar aminoácidos artificiales que portan fluoróforos de distintos colores, de manera que el crecimiento se puede observar en con distintos colores y se obtiene una bacteria multicolor en la que se puede apreciar lo que ha crecido en cada instante.

Además, los colorantes desarrollados parece que actúan en cualquier especie bacteriana cono lo que se aporta universalidad al método. Gracias a este hallazgo se podrá entender mucho mejor los mecanismos que controlan el crecimiento y la forma bacterianas, puntos fundamentales para los campos de la sanidad y la biotecnología.

En palabras de uno de los participantes de la investigación del CMB “Severo Ochoa”, Felipe Cava:

“Esta metodología ha supuesto una mejora dramática para explorar los mecanismos básicos de crecimiento bacteriano respecto a otras técnicas previas”.

 

Fuente: CSIC, Brock (Ed. Pearson, 2009)

 

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