Con la llegada de las ofertas de los grandes almacenes en el ya famoso “Black Friday” no sería de extrañar que de aquí a unos años nos veamos cenando pavo y dando gracias uno por uno alrededor de una gran mesa. El problema más grande de esta festividad -si obviamos la falta de coherencia entre ser agradecido por lo que tengo mientras planeo arriesgar mi vida por un iPad unas horas más tarde- es que los padres a menudo tienen que forzar a sus hijos a dar gracias por algo en voz alta delante de toda su familia. Sin embargo, según recientes investigaciones en psicología, los actos de gratitud tienen menos impacto positivo en nosotros mismos cuando nos sentimos forzados socialmente a realizarlos.
El día de acción de gracias moderno
Para aquellas personas no tan familiarizadas con estos términos, el día de acción de gracias es un día festivo tanto canadiense como estadounidense donde se dan gracias por las bendiciones de ese año alrededor de una gran cena en la cual el plato principal suele ser un gran pavo, entre otras comidas típicas norteamericanas. Aunque históricamente se agradecía la buena cosecha del año debido al origen cristiano de esta tradición, hoy en día también se considera una fiesta secular y una oportunidad para agradecer por la familia, la salud y lo bueno que nos ha ocurrido en general. Este año el día de acción de gracias es este Jueves 26 de Noviembre (cuarto jueves de Noviembre) y desde hace tiempo en EEUU se acostumbra que las tiendas de todo el país rebajen sus precios el viernes posterior, generando colas masivas a las tantas de la madrugada y peleas por televisiones y ordenadores dignas de la UFC. Esta última parte de la tradición -las rebajas- sí que se ha implementado en España por motivos económicos. Por si algún día a alguien se le ocurre hacer “viral” la parte del pavo y el dar las gracias en familia por otro motivo que no sea el atractivo económico del mercado del pavo, aquí os dejo una reflexión sobre los estudios científicos detrás de la gratitud.
Dar gracias funciona, si se hace bien
Al inicio de mi formación en psicología positiva me sentía atraído por las listas de cosas por las cuales debemos ser agradecidos. Las prescribía a clientes y las ponía en práctica yo mismo. Sin embargo, el pionero en investigación sobre gratitud Robert Emmons destaca que este tipo de ejercicios se convierten en un deber o una barrera en el día a día más que en un hábito agradable. Además, las frases de gratitud que resultan de este tipo de ejercicios suelen ser cortas e inespecíficas como “doy gracias por mi familia” o “gracias porque tengo salud” en lugar de ser detalladas y concretas, como las que la investigación ha demostrado que resultan efectivas. De hecho, según un estudio de la University of Southern California, escribir una frase de agradecimiento por cinco cosas por las que estamos agradecidos es menos beneficioso que escribir cinco frases sobre una sola cosa por la cual estamos agradecidos. Después de diez semanas de poner en práctica este ejercicio de manera diaria, los sujetos que escribieron cinco frases se sintieron menos cansados y más felices en general que el grupo de sólo una frase.
Esto no quiere decir que hacer listas y ejercicios de gratitud de manera semi-obligada no funcione. Los expertos consideran que este tipo de rituales, como el del día de acción de gracias, producen una actitud de agradecimiento a largo plazo incluso cuando no nos sentimos precisamente agradecidos.
Si estás planteándote los beneficios de la gratitud y quieres probar algo diferente, te propongo que elijas uno de estos cuatro pasos:
- Piensa antes de agradecer. En palabras del monje budista Jack Kornfield, “la gratitud es un reconocimiento amable de todo lo que nos sostiene, una reverencia a nuestras bendiciones, grandes y pequeñas, una apreciación de los momentos de buena fortuna que sustentan nuestra vida todos los días”. Su meditación invita a reflexionar sobre la naturaleza y las personas que te rodean.
- Imagina cómo sería tu vida sin una persona en particular. Piensa en cómo la has conocido y en todos los posibles eventos, grandes o pequeños, que pudieron haber causado que no conocieras a esa persona (no haber ido a clase ese día, cambiar de trabajo o lugar de residencia, no haberte presentado en aquella fiesta). Piensa en cómo sería tu vida si no la hubieras conocido o si esa persona se hubiese apartado de ti en un momento anterior. Trae a tu mente los buenos recuerdos que has disfrutado gracias a tener (o haber tenido) a esa persona en tu vida y piensa cómo te sentirías si se te hubieran negado esas experiencias. Una vez hecho esto cambia el enfoque al momento presente y reflexiona sobre los beneficios de la relación que tienes con esa persona y aprecia cómo surgieron las distintas situaciones que les permitió conocerse. ¿Notas algo de gratitud? ¡Bien hecho!
- Escribe una carta a una persona especial en tu vida. Dirígete a él o ella como si se tratara de una carta real (querido pepito…) pero no te preocupes por una expresión formal ni las faltas de ortografía. Escríbele sobre algo concreto por lo que estás agradecido con esa persona -algo que haya hecho por ti o por cómo te hizo sentir en una determinada situación- y explícale qué efecto ha tenido en el momento actual de tu vida.
- Sal a dar una vuelta. Aquello de pasear rodeado de árboles en una noche estrellada suena a tópico difícil de conseguir en las ciudades modernas de hoy en día. Sin embargo, aunque una noche estrellada no es nada fácil de divisar por la iluminación de las calles, tengo el privilegio de vivir en una isla como Mallorca donde el mar o las montañas son accesibles desde varios puntos cercanos incluso al centro de la ciudad. Estoy seguro que estés donde estés hay una hermosa vista a pocos kilómetros de tu zona. Da un paseo, solo o acompañado, y disfruta del placer de habitar ese rincón del mundo en donde te encuentras. Quizás encuentres algo más por lo que estar agradecido.
Por último pero no menos importante, quisiera agradecer a Santi y a Ana por el mensaje que me hicieron llegar durante el fin de semana. Tengo la fortuna de trabajar en algo que me apasiona y que de por sí ya es gratificante, pero el reforzador positivo que me habéis dado a través de vuestras palabras es un motivador extra que no me esperaba. Gracias por ser parte inspiradora de la entrada de hoy.
Y tú ¿por qué estás agradecido? ¿tienes algo agradable que decir sobre el lugar donde vives y las personas que te rodean? Déjanos tu opinión y agradecimientos en los comentarios.
Fuente: Greater Good Science Center, Wikipedia