En su día ya os hablamos del LSD y de su posibilidad como futuro medicamento si pudiera ser estudiado correctamente y bajo un estudio controlado. Como ya sabéis, muchos de los medicamentos actuales en su momento fueron drogas, o venenos, ya que su dosis adecuada para la medicina era aún desconocida. Ahora, tras más de 40 años, ha aparecido por un fin un nuevo estudio controlado sobre las posibilidades de uso del LSD en medicina: Ayudar a reducir la ansiedad de los pacientes terminales.
El LSD, un complemento a la psicoterapia
Dicho estudio, publicado en Journal of nervous and Mental Disease, llegó a demostrar en 12 pacientes voluntarios que tomar esta droga alucinógena durante las sesiones de terapia provocaba una reducción significativa de su ansiedad cuando pensaban en que pronto terminaría su vida, ya que la mayoría de ellos eran sujetos que sufrían un cáncer terminal y muchos murieron en el primer año del estudio.
Eso si, aquellos sujetos que tomaron LSD como complemento a la psicoterapia a la que se sometieron durante este tiempo afirmaron poder pensar más a gusto sobre su situación y su cercano fallecimiento, ya que la droga les ayudaba a sentir una menor ansiedad.
Según comenta Peter Gasser, psiquiatra de la consula privada Solothurn, en Suiza:
“El estudio fue un éxito en el sentido de que no tuvimos ningún efecto adverso significativo. Todos los pacientes informaron de un beneficio personal por el tratamiento, y los efectos se mantuvieron estables durante el tiempo. Su ansiedad bajo y ya no volvió a subir”
El primer ensayo sobre los efectos psicológicos del LSD en 40 años
Como ya sabéis, esta droga fue prohibida en 1966 y este estudio ha sido el primero en investigar sus efectos psicológicos, aunque anteriormente ya se había investigado su uso para combatir el alcoholismo, la ansiedad o la depresión en pacientes con un cáncer avanzado.
Las dosis de LSD y las experiencias de los pacientes
Durante el estudio, ocho de los pacientes recibieron 200 microgramos de LSD antes de dos sesiones de entrevistas, y los otros cuatro recibieron unos 20 microgramos. De todos los pacientes, solo uno había tomado LSD con anterioridad al estudio.
Durante las 10 horas de duración del efecto del LSD, se pidió a los pacientes que habían tomado la cantidad total de LSD que hablaran sobre su enfermedad terminal y sobre experiencias de su infancia. Un ejemplo de lo que dijeron los pacientes fue el siguiente:
“Mi experiencia con el LSD trajo algunas emociones perdidas y capacidad de confiar, muchos conocimientos psicológicos, y momentos sin tiempo donde el universo no parece una trampa, sino más bien una revelación de belleza absoluta”
“Recuerdo que me sentí muy frío durante mucho tiempo. Estaba temblando a pesar de estar sudando. Era una frialdad mental, creo, un recuerdo negligente”
Tras dos meses de sesiones semanales, aquellos que habían tomado una dosis completa de LSD sintió una mejora del 20% respecto a las medidas estándar para el control de ansiedad, mientras que los que tomaron una menor cantidad empeoraron. Cuando aquellos que tomaban menor dosis cambiaron y empezaron a tomar más cantidad, sus niveles de ansiedad también bajaron, y continuaron bajos durante un año.
Finalmente, cabe destacar la obviedad, como bien indican los investigadores: El tamaño del estudio es demasiado pequeño (tan solo 12 pacientes) para dar resultados concluyentes, pero creen que es un primer paso que demuestra la gran capacidad que tiene el LSD para ser investigado en futuros ensayos clínicos.