Siempre me he planteado la profesión médica como algo relativamente extraño, en comparación a los otros trabajos claro. Aún no puedo hablar desde la “experiencia”, porque aunque queden pocos meses para ser médico, no tengo el gusto (todavía). Sin embargo, como estudiante se pueden ver las “cosas raras” que acompañan a la profesión médica, y raras tanto en forma de ventajas, como en forma de inconvenientes. Hoy os hablaré un poco de ambos puntos de vista.
Inconvenientes
¿Almuerzo? ¿Cuando?
Vale, hay algunas especialidades médicas donde he podido comprobar que la primera hora de la mañana se dedica en exclusiva a tomar un café, y lo he visto raro, pues esto no suele ser así. Lo que de verdad suele suceder es que se visiten tantos pacientes, o se tengan que rellenar tantos papeles, que saber exactamente cuando podrás parar para comer algo o simplemente descansar es casi una utopía. Parece una profesión cómoda, pero hay que tener un buen día para poder tener un almuerzo decente, sin prisas.
Dormir está sobrevalorado
Cuando eres estudiante ya empiezas a notar que eso de dormir todo lo que quieras es complicado. Si no es por exámenes, son trabajos, y sino recuperaciones. Lo peor es que esto esto sigue sucediendo cuando llegas a médico, y es mucho peor en el momento de residencia (he podido comprobar que es el momento profesional donde más se trabaja, en todos los sentidos, y cobrando mucho menos).
La cosa es que si no es por una guardia presencial, donde toca estar 24 horas encerrado en el hospital (y aguantando como buenamente puedas), también puede deberse a que te toca llevarte el busca del trabajo a casa. Es decir, no estás trabajando como tal, pero si te toca estar localizado, por si acaso. Y creedme, los por si acaso a las dos o tres de la mañana porque uno de tus pacientes ha empeorado tanto que es necesario que te avisen no son nada agradables, como pudieron comprobar algunos de mis profesores hace escasas semanas.
Las guardias no suelen ser tranquilas
Aunque con el tema de las 24 horas seguidas parezca que habrá ratos libres para poder ver una miserable película, o incluso echar un sueñecito, la realidad es que lo mejor es mentalizarse de que el momento cinéfilo es mejor dejarlo para los días libres, pues las guardias suelen tener esa chispa de poca suerte.
No se suele ir al médico cuando eres médico
Tengo compañer@s de clase que son hipocondríacos totales (tras todo lo que estudias, llega a parecerme lógico y todo), pero la verdad es que una amplía mayoría, entre los que me incluyo, aguantamos bastante el tipo antes de visitar a otro profesional sanitario. Esto puede ser bueno, porque muchas veces los problemas médicos son más leves de lo que pensamos a primera vista; pero puede llegar a ser malo cuando decides que es el momento de visitar un hospital y te ocurre algo grave, pero has preferido aguantar. Sin ir más lejos, hace unos años, yo no quise ir al médico por llevar un par de días con fiebre… hasta que acabé desmayandome en medio de una clase, durante pocos segundos (apenas se dio cuenta nadie), y ahí creí conveniente ir a visitarme.
Por otro lado, aunque os lo haya pintado un poco en forma de queja, también existen cosas buenas dentro de la profesión.
Ventajas
Puedes ir en pijama y zapatillas cómodas para trabajar
Como habréis podido notar, muchas veces los médicos y las enfermeras visten pijamas (azules, verdes o blancos, dependiendo del sitio), y zuecos o zapatillas con pinta bastante cómoda. Es un punto a favor y destacable de la profesión.
Escuchas a la gente, y esa gente confía en ti
Este punto ya se puede notar incluso de estudiante, pues a mi me han llegado a contar secretos por el simple hecho de que pronto seré médico. A mi personalmente me gusta escuchar a la gente, y en el fondo sienta bien notar como depositan tanta confianza en ti y como te cuentan las cosas tan gustosamente sabiendo que les ayudarás, o al menos lo intentarás.
Puedes aliviar el dolor y sufrimiento ajeno
Como no podía ser de otra manera, dentro del rol médico entra la parte esencial de curar, o al menos calmar, el sufrimiento ajeno. Es algo que pocas profesiones pueden permitirse.
Somos los primeros en conocer las buenas noticias
Y con noticias podemos hablar tanto de enfermedades como de curaciones, pero por supuesto alegra mucho poder enterarse enseguida de que un paciente esta bien, o al menos ha mejorado, y poder comunicarlo de primera mano.
Tienes el honor de ser el primero en ver nuevas vidas
Aunque yo soy de los que les gusta poco la ginecología, la verdad es que es realmente bonito poder traer al mundo una nueva vida. Es algo que no todo el mundo se puede permitir, y algo que no se olvida.
Como podéis ver, el médico es una especie diferente. Tanto en sus cosas buenas, como en las malas, es un mundo diferente. Os invito a comentar las peculiaridades de vuestras profesiones en los comentarios.