Se le llama dislexia a los problemas en la lectura y el lenguaje, un problema que sufre aproximadamente un 10 por ciento de la población. Un disléxico suele confundir las palabras que lee por otras con una fonética parecida y estos problemas se ponen rápidamente de manifiesto al leer en voz alta.
Este trastorno aparece desde la infancia y se cree que la raíz del problema reside en la asociación entre sonidos y palabras que realizamos cuando empezamos a leer, un proceso llamado asociación grafema-fonema. Si por diferentes motivos asociamos de manera errónea un vocablo conocido a una silaba escrita, estas asociaciones erróneas pueden permanecer a lo largo de los años provocando los problemas de lectura de la dislexia. Hay varias causas para estas malformaciones, que pueden variar según la persona, desde una mala conexión entre los dos hemisferios cerebrales como daños en una zona del cerebro llamada giro angular, encargado de la interpretación y reconocimiento de letras. (Para más información puedes leer otro artículo del tema del lenguaje: El caso de la profesora que olvidó como leer)
Pero esta explicación de la dislexia pierde fuerza cuando nos planteamos una pregunta: ¿Por qué existen músicos disléxicos? Un músico está especialmente entrenado en asociar notas musicales escritas sobre el papel a sonidos de un tono exacto. Esta habilidad innata en muchos músicos no encaja con el origen de la dislexia provocada precisamente por la falta de esta habilidad. Con esta idea en mente, el equipo de la psicóloga Merav Ahissar ha buscado durante años a músicos con dislexia para estudiar lo que sucede en su cerebro.
Tras años de búsqueda, ya que los músicos con dislexia no son precisamente numerosos, Ahissar logró reunir a 52 músicos disléxicos para su estudio. A todos se les realizó una serie de pruebas neuropsicológicas para comprobar diferentes habilidades y compararlos con la población general. Se les realizaron pruebas de percepción musical y auditiva, en los que debían identificar una nota a partir de su sonido; también hicieron pruebas lingüísticas para comprobar el estado de su dislexia y finalmente realizaron diferentes pruebas de memoria.
Aunque parezca redundante, la primera conclusión del estudio es que los músicos disléxicos son realmente músicos y disléxicos. En las pruebas auditivas todos sacaron una puntuación superior al resto de la población no musical (y similar a otros músicos), sin embargo, su dislexia estaba a los mismos niveles de la gente disléxica normal sin estar más o menos afectados por el hecho de estudiar música.
El resultado interesante aparece en las pruebas de memoria de trabajo. ¿Qué es esta memoria? Todos tenemos diferentes tipos de memoria, la memoria de trabajo es la que se encarga de actuar en periodos cortos de tiempo, del orden de segundos. Por ejemplo, esta memoria es la que usamos para apuntar un número de teléfono en un papel mientras nos lo dictan. Otros tipos de memoria son la memoria explícita, que permite recordar eventos pasados (y es la que llamamos normalmente memoria sin más) y la memoria implícita, que nos permite recordar habilidades nuevas, como tocar un instrumento. Cada una de estas memorias sigue un funcionamiento neurológico diferente, por ejemplo, el famoso paciente HM del que hablamos en un artículo anterior, tenía problemas de memoria explicita pero su memoria implícita estaba intacta y podía aprender nuevas habilidades (aunque no recordara haber entrenado).
Los músicos disléxicos presentan una menor memoria de trabajo frente al resto de la población. Según los autores del estudio, esta falta de memoria puede ser la causa de su dislexia. Cuando aprendemos a asociar un sonido a una palabra hay todo un proceso de memoria detrás. Si no recordamos correctamente la asociación es posible que se vea distorsionada y funcione sólo de manera aproximada. Esto puede explicar que los disléxicos produzcan mayores errores con sonidos parecidos, ya que son más fáciles de crear la mal-asociación que con sonidos completamente diferentes.
Este puede ser el problema en la dislexia, y tiene lógica que pueda aparecer en músicos. ¿De qué te sirve identificar una nota si no puedes recordarla poco después?
Fuente | Wired