Decimos que el tiempo vuela, sigue adelante, fluye como un río – nuestras descripciones del tiempo están estrechamente ligadas a nuestras experiencias de movimiento a través del espacio. De hecho, una nueva investigación sugiere que las ilusiones que influyen en la forma en que percibimos el movimiento a través del espacio también influyen en nuestra percepción del tiempo. Los resultados proporcionan evidencia de que nuestra experiencia del espacio y el tiempo tienen más en común de lo que se pensaba.
“Nos parecía que los científicos psicológicos han descuidado el hecho importante de que, en la experiencia cotidiana, la gente no evalúa el pasado y el futuro exactamente de la misma manera”, Eugene Caruso de la University of Chicago Booth School of Business.
De la investigación sobre la percepción espacial, sabemos que la gente se siente más cerca de los objetos hacia los que se están moviendo que de los que se están alejando, incluso si los objetos están exactamente a la misma distancia. Debido a que nuestra percepción del tiempo se basa en nuestras experiencias de espacio, Caruso y sus compañeros construyeron la hipótesis de que la misma ilusión debe influir en la forma en que experimentamos el tiempo, dando lugar a lo que llaman un efecto Doppler temporal.
Encuestando estudiantes universitarios y viajeros en una estación de tren, los investigadores descubrieron que la gente percibía los tiempos futuros más cerca del presente que tiempos del pasado equidistantes.
De forma similar, los participantes que contestaron una encuesta online una semana antes de San Valentin sentían que este dia festivo estaba más cercadel presente que aquellos que fueron encuestados después de ese día.
Estos resultados ya apuntan a la relación entre el movimiento en el espacio y la percepción del tiempo, para establecer un vínculo directo entre los dos, los investigadores llevaron a cabo un cuarto estudio utilizando un entorno de realidad virtual.
Utilizando una pantalla montada en su cabeza, los estudiantes universitarios se sumergieron en una escena con una carretera de dos carriles, flanqueada por árboles, farolas y edificios. Algunos de los estudiantes experimentaron la escena como si estuvieran caminando hacia una fuente de burbujas al final de la carretera, mientras que otros sentían como si estuvieran caminando hacia atrás, alejándose de la fuente. Más tarde, los estudiantes informaron de cuán lejos de ellos les parecía estar una fecha (tres semanas en el futuro o tres semanas en el pasado).
Solamente los estudiantes que se movían hacia delante dijeron que el future parecía más cercano que el pasado. Los estudiantes que experimentaron una discrepancia entre su movimiento y la dirección del evento, no mostraron efecto Doppler temporal.
Estos resultados confirman que nuestra percepción del tiempo se basa en nuestras experiencias de movimiento a través del espacio: Tendemos a sentir más cerca del futuro, porque sentimos que nos estamos moviendo hacia él.
Caruso y sus compañeros argumentan que esta orientación hacia el futuro no es solamente un capricho de percepción, sino que creen que tiene un propósito importante. Los seres humanos aún no han dominado el arte de viajar en el tiempo, así que no podemos cambiar el pasado, pero podemos prepararnos para el futuro. La percepción de eventos futuros como más cercanos puede ser un mecanismo psicológico que nos ayuda a evitar o hacer frente a los acontecimientos que nos encontramos.
Los investigadores esperan poder explorar los aspectos funcionales del efecto Doppler temporal en futuros experimentos. Por ejemplo, ¿es saludable el efecto asociado con el funcionamiento psicológico? ¿Las personas que muestran una asimetría inversa – experimentando el pasado como más cercano que el futuro – más propensos a resultados negativos como la reflexión y depresión? ¿Eliminar este efecto nos hace peores en la creación de planes y la toma de decisiones sobre el futuro?
Fuentes: Medical News Today